
Salud mental debe ser prioridad para el gobierno
A pesar de que la salud mental es un aspecto fundamental para el desarrollo de la sociedad, lo cierto es que muy poco hacen las autoridades municipales, estatales y federales para que este rubro sea atendido en su verdadera dimensión y con la urgencia que amerita, sobre todo cuando observamos las impresionantes cifras de suicidios y homicidios que prevalecen en el país, eso sin contar los casos de violencia intrafamiliar que se registran en hogares de todos los estratos socioeconómicos, con lo que se evidencia y se demuestra que todo este universo de agresiones no se limitan a un sector de la población.
Como parte de esta misma sociedad, en la que nos desenvolvemos diariamente, podemos constatar que ese círculo vicioso de violencia parece no tener fin, en virtud de que los casos de agresiones, lo mismo contra seres indefensos como son los bebés, o contra menores de edad, mujeres y adultos mayores, entre los principales sectores de la población con mayor grado de vulnerabilidad, lejos de disminuir, se han incrementado en los años recientes, un fenómeno que, según los especialistas, tiene un origen multifactorial, aunque suele atribuirse a la llamada descomposición del tejido social.
Y, precisamente, ese tejido social no se ha podido regenerar ni reconstruir debido a que no se han implementado los programas adecuados, ya que, mientras los tres órdenes de gobierno no articulen sus acciones, difícilmente se podrán obtener resultados positivos en el corto, mediano y largo plazos, pues los esfuerzos institucionales no han sido certeros ni eficaces para atacar desde la raíz esas conductas violentas en las que incurren los padres de familia y que posteriormente reproducen e imitan los hijos e hijas en ese círculo vicioso que no se ha podido romper para transformarse en un círculo virtuoso donde una agresión se torne en una relación de mayor respeto y tolerancia, empezando desde el hogar.
En tanto no se promuevan programas que vayan dirigidos a combatir realmente el origen de esas conductas, más complicado será obtener esos resultados que todos esperamos y deseamos, pues todos somos testigos de que los casos de violencia de todo tipo se generan en todos los entornos, aunque debemos reconocer que muchos de esos episodios se producen luego de un incidente como pudo ser una discusión dentro del hogar por una diferencia ya sea entre los mismos cónyuges o de estos con los hijos, lo que posteriormente puede derivar en un altercado con otra persona ya sea del mismo círculo familiar o del escolar, laboral o en la calle.
Una de las iniciativas que en lo personal aplaudo y reconozco es la que emprendió, a raíz de la pandemia, una famosa cadena nacional de farmacias cuyo personaje icónico es un doctor, ya que puso en marcha un programa de orientación y apoyo psicológico que se ofrece a través de la línea telefónica, a través de más de 100 profesionales de la salud mental que lo mismo atienden casos sencillos que no requieren terapias muy amplias así como casos de verdadera gravedad que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte, cuando a ellos recurren personas con tendencias suicidas.
Hace unos días, cuando veía un canal de televisión abierta, llamó mi atención un programa en el que se abordó precisamente ese tema de la salud mental que se agravó aun más en los prácticamente tres años que duró la pandemia en nuestro país y, particularmente, en el estado de Durango.
En esa especie de panel, tres especialistas de diferentes ramas enfatizaron sobre la necesidad que prevalece en nuestra sociedad de encontrar ese apoyo, esa orientación, esa mano amiga que la guíe cuando surgen momentos de crisis emocional por las complejas problemáticas que se generan en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelve cotidianamente, en espacios tan familiares para todos nosotros como son el mismo hogar, el trabajo, la escuela y hasta en la calle cuando podemos ser víctimas de algún delito.
Uno de los panelistas, de profesión psicólogo, narraba cómo atiende llamadas telefónicas a través de las que la población le plantea un variado abanico de temas que para ellos representan conflictos emocionales o anímicos y que en ocasiones los rebasan a tal grado que no saben cómo resolverlos o gestionarlos para que no les cause más daño del que han venido arrastrando por días, semanas, meses o hasta años.
Lo más relevante del asunto es que el grupo de más de 100 psicólogos que están detrás de esa línea telefónica se convierte en un verdadero puñado de héroes sin capa, debido a que, con su apoyo, han contribuido a transformar positivamente la vida de quienes recurren a ellos, pues esos minutos que los escuchan han servido para salvar vidas, literalmente, en casos en los que un hombre o una mujer han buscado salir por la puerta falsa, es decir, cuando han intentado suicidarse.
En este aspecto es que nos gustaría ver involucrado al gobierno, implementando programas de verdadero sentido social, ayudando a la población en este tema tan sensible como es la salud mental, pues si bien existen algunos programas, no dejan de ser esfuerzos aislados que no llegan a quien los necesita en momentos tan cruciales.