¡Sí! ¡Que se larguen!

Una de las frases que me quedaron grabadas para siempre durante mi paso por la universidad, la escuché de mi maestra de periodismo cuando dijo: "Los medios de comunicación son el cuarto poder"

Aunado a esto, como una de las actividades de la clase, analizamos una película protagonizada por Dustin Hoffman y John Travolta, en la cual, por supuesto desde la ficción, el personaje de Travolta quien sufría un tipo de afectación mental, pero de una inocencia casi infantil, era, primero enaltecido por les medios, para después dejarlo caer y destruirlo hasta orillarlo al suicidio.

Después de ver el filme, hubo algunos casos en la realidad que me parecieron similares.

Para mi época universitaria, el internet apenas comenzaba a normalizarse, las redes sociales estaban en pañales, mientras que personalidades como Paty Chapoy, López Dóriga o Adal Ramones, eran una autoridad en la sociedad.

"Otro rollo", programa de este último, era el escaparate que cualquier cantante o grupo musical necesitaba para posicionarse en el gusto de la gente, acompañado de unas cuantas bromas de Ramones para mostrar la "humildad" de los artistas.

La prueba de ello fue que, hasta el mismismo "Sol", o mejor conocido como Luimsi, accedió a darle una de las pocas entrevistas que otorgó en el país.

Tal el era la influencia del programa y de Adal, que doblegó la estrategia que por años utilizó Luis Miguel, basada en la distancia que había entre él, y el resto de los mortales. Como dicen en mi México: "darse su taco"

"Otro rollo" fue el "Siempre en Domingo" de la generación X y unos cuantos milenials.

Los actores, por su parte, les tenían pavor a las críticas de "Ventaneando", porque fungían como jueces del histrionismo, aunque ninguno de ellos jamás actuó, a excepción de Bisoño, que dejaba mucho que desear en su desempeño actoral.

De hecho, Daniel, precisamente al lado de Luis Miguel, protagonizó una de la escenas más risibles y ridículas de la historia del cine mexicano.

En su breve participación, le tocó regalarle un par de pantuflas al personaje del Luis Miguel, quien en la trama de la película titulada "Ya nunca más", había perdido una de sus piernas.

Y por supuesto, en el ámbito de la política los funcionarios debieron tener sus equilibrio en los noticieros, y el pueblo merecíamos y merecemos una voz objetiva e integra en esos líderes de opinión, capaces de señalar los errores y los delitos cometidos por la clase política. Pero desafortunadamente, muchos se convirtieron en sus cómplices.

Pero el verdadero cómplice de la corrupción política fue la ignorancia de la gente.

Alguien, muy astuto, encontró la manera de distraer a la gente de lo verdaderamente importante.

Y no, no fue Emilio Azcárraga. Él sólo copió e implementó la frase de los emperadores romanos que reza: "Al pueblo, pan y circo"

Y como ejemplo, muy latente, es el caso de "Yarithza y su esencia", una agrupación de tres México-americanos interpretes de canciones del género regional mexicano.

El pecado de estos jóvenes fue haberse metido con lo más sagrado de nuestro país: el refresco en bolsa.

Pero no es el refresco como tal, sino, la cara de asco que la vocalista hace cuando recibe la bolsa de plástico con el líquido dentro.

Después de ver ese video, me aparecieron otros donde, efectivamente la niña se comportaba de manera un tanto arrogante y en un par de ocasiones defendiendo que se le entrevistara en su idioma nativo.

Pero me pregunto, cómo es que nadie vio desde antes de estos desplantes, todos los rasgos gringos en su ropa, en su pose, y hasta en su incoherente manera del bailecito "hip hop", mientras canta sus canciones románticas y en el estilo "sierreño" de sus canciones.

Entonces, sí, que se vayan a "Guashintan" con toda y su falta de "esencia" mexicana.

Para que vean que cuando los mexicanos se unen podemos ser muy poderosos.

Ojalá y así levantemos la voz para que se larguen no sólo los cantantes y las actrices vulgares como la "lavandera güera", el símbolo de la traición.

Porque un mexicano no soporta la traición ni la deslealtad.

Pero ojalá que también levantemos la voz para que se vayan de nuestra tierra los periodistas que nos han mentido por años, los gobernadores que se roban el dinero de su pueblo.

¿Qué traición es mas grande que la que ejerce un político al que le han dado sus confianza millones o cientos de mexicanos?

Pero habría que preguntarse quienes son los verdaderos jefes de estos polítiquetes, y hasta dónde somos cómplices indirectamente nosotros.

Levantemos la voz para que se largue todo aquel que se sienta mexicano nada más el 16 de septiembre para ir a dar el grito como pretexto para emborracharse, mientras el resto del año soborna, enaltece delincuentes y dice "inidio" para ofender a un paisano.