
Sequía: algunas propuestas para mitigar sus efectos
Segunda parte
Como una propuesta de solución, abordaré el uso eficiente del agua, ya que las acciones que se tomen tienen efectos prácticamente inmediatos y medibles.
La mayor superficie que se siembra en Durango es de temporal, depende enteramente de las lluvias, en este caso lo que se pudiera hacer es seleccionar los cultivos que más se adecuen al clima actual y su tendencia. También hay grandes superficies que utilizan agua de presas, ríos y pozos de agua para regar.
En el caso del riego agrícola, se utilizan técnicas de riego que desperdician una gran cantidad de agua, en su mayor parte se riega por inundación en suelos sin la adecuada nivelación, esto resulta en pérdidas ya que se pretende anegar toda la parcela y si sumamos que no está nivelado el agua se concentra en una parte y falta en otras.
Existen técnicas de riego que tienen diversos grados de eficiencia, entre las mejores pudiéramos mencionar el riego por aspersión y el más eficiente que sería el riego por goteo, siempre en suelos nivelados de una manera muy precisa.
Además, se deben hacer mediciones de humedad en el suelo para saber los requerimientos de las plantas en las diferentes fases de crecimiento. Esto debe estar apoyado en los pronósticos del tiempo para anticipar si habrá lluvias o se recurre al riego.
De esta forma, la utilización del agua puede alcanzar eficiencias mayores al 95%. En un ejemplo muy simple, con las prácticas actuales una superficie que requiere 1500 litros por metro cuadrado, con una eficiencia del 40%, se pierden 900 litros; al elevarla al 95% se requerirían menos de la mitad, el agua que se ahorra (868 litros por metro cuadrado), podría incrementar la superficie de riego y las reservas de agua, tanto para uso ambiental como para compensar el agua de riego en años secos.
La técnica de riego no es la única variable, la selección del producto y su eficiencia de producción (en toneladas y pesos por hectárea) deben adecuarse al clima, tipo de suelo y al mercado. A veces se siembran plantas que son altamente consumidoras de agua en zonas donde hay poca agua y se asocia con un bajo precio en el mercado.
Como ejemplo está la producción de forrajes, maíz y frijol, su productividad es considerablemente más baja que si se cultivaran hortalizas. La diferencia en la producción económica es dramática, pudiera tener mejoras hasta de un 400%, la diferencia estriba en la técnica de riego y en la selección de los productos.
La problemática del riego agrícola es muy compleja, intervienen factores económicos, sociales, costumbres, etc., aunque la solución se vislumbra simple técnicamente.
En el caso del agua potable la combinación de 55% de eficiencia física (agua facturada/agua producida) con el 70% de eficiencia comercial (agua cobrada/agua facturada) nos da eficiencias globales de apenas el 38%, en volumen de cada 1000 litros que se extraen de las fuentes de abastecimiento, se recauda lo correspondiente a 380. Un organismo eficiente se considera aquel que alcanza eficiencias globales mayores al 75%, la gran mayoría están por debajo. Algunas medidas de mejora son:
Que todos los usuarios del agua tengan un medidor domiciliario con antigüedad menor a 5 años; tan solo esta medida podría mejorar la eficiencia física en un 20%. Esta es una medida de baja inversión con alto rendimiento en el corto plazo.
Dividir en sectores de operación la red con medición de indicadores de operación que permitan el control en la distribución del agua. Es de inversión moderada y resultados importantes, especialmente en la calidad del servicio.
Renovación de la infraestructura obsoleta. Idealmente, la red debe tener tuberías con antigüedad no mayor a 30 años. Se requieren grandes inversiones al principio, luego son constantes cada año.
Tener tanques de almacenamiento central (evitar cisternas y tinacos) para tener un servicio continuo 24 horas los 7 días de la semana. Requiere inversiones medianas.
Un cálculo simple hace notar que incrementando la eficiencia global al 75% se podría: abastecer a más del doble de la población con un servicio de alta calidad y obtener los recursos para romper la dinámica de No invierto porque No recaudo suficiente y No recaudo porque No invierto. La solución es compleja, aunque existen los recursos y herramientas para alcanzar en pocos años niveles adecuados de eficiencia.
* El autor de esta colaboración es Presidente del Colegio de Ingenieros Industriales de Durango.