
También soy padrastro
Era una plática inevitable. Tarde o temprano, tenía que plantearle a Camila que de ninguna manera yo pretendía convertirme en su papá, para eso ya tiene el suyo, pero acordamos que para evitar preguntas incómodas o abreviar explicaciones, podía decirme así en público; pero la convivencia entre padrastro e hijastra exigen una diaria reconstrucción para estrechar una relación que en cualquier momento puede llegar a ser muy frágil.
Formo parte de esta sociedad moderna en la que las familias compuestas se han vuelto cada vez más comunes, y con ellas surgen desafíos únicos para quienes somos padrastros y nuestras relaciones con los hijastros. He comprobado que ser un padrastro puede ser un papel desafiante y complejo, lleno de altibajos emocionales y situaciones difíciles de navegar. Sin embargo, también es una oportunidad para construir relaciones significativas y enriquecedoras con los hijastros. Desde aquella plática con Camila en el coche mientras íbamos de camino a casa, muchas cosas han pasado y las etapas también han cambiado para ambos, ahora ella es una adolescente y yo estoy saturado de trabajo; lo que añade un factor agregado a la necesidad de trabajo diario en esta relación padrastro-hijastra.
Quienes se encuentran en una situación como la mía, saben que los hijastros pueden experimentar sentimientos de lealtad dividida entre su padre biológico y su padrastro, detonando tensiones y dificultades emocionales en la relación entre ambos. Esto acentúa la necesidad de que los padrastros a menudo nos encontremos en la posición de tener que ganarnos la confianza de los hijastros con mayor inversión de tiempo, paciencia y consistencia en las acciones y palabras.
Desde mi perspectiva, un padrastro puede aportar nuevas perspectivas y experiencias de vida al hogar, lo que enriquece el crecimiento personal y emocional de los hijastros. En términos generales, un padrastro amoroso y comprometido puede brindar un apoyo adicional en la vida del hijastro, ofreciendo orientación y consejos en momentos importantes, generando también oportunidad de convertirse en modelos de roles positivos, enseñando habilidades de vida valiosas y promoviendo un entorno familiar saludable. Me gusta pensar que el hábito de la lectura es una aportación al desarrollo de la vida de Camila.
Pero como decía al inicio de este texto, no todo es fácil ni basta con una plática de carro para entablar una buena relación de padrastro a hijastra. Soy consciente que debo comunicar y ayudar a crear un ambiente de respeto mutuo y comprensión. También es una tarea diaria ver que como padrastro pero también para mi hijastra, se deben respetar los límites de cada uno y reconocer que construir una relación sólida lleva tiempo, lo cual debe ir acompañado de un ambiente seguro y alentador para la comunicación abierta fortalezca los vínculos familiares. Escuchar y mostrar empatía son habilidades esenciales que pueden ir complementadas en actividades compartidas como juegos de mesa, deportes o salidas en familia, para fomentar la conexión emocional y crear recuerdos positivos.
Por hoy sigo trabajando en ser un bien ejemplo y compañía para Camila, espero que en el futuro ese lugar en su corazón se abra para tenerme presente como parte importante de su vida.
Twitter: @Juanma3009
