
Urge controlar el desarrollo de centros ecoturísticos
En las últimas décadas el turismo ecológico o ecoturismo ha ido ganando popularidad en todo el mundo, y Durango no es la excepción. Sin embargo, como en cualquier actividad humana, el ecoturismo también puede tener un impacto ambiental significativo si no se planifica y gestiona adecuadamente.
En este sentido, la creación descontrolada de centros ecoturísticos en la zona sierra del estado de Durango podría tener consecuencias ambientales negativas que deberían ser consideradas con toda seriedad, pues estamos a tiempo de evitar impactos ecológicos en fauna, flora y tierra.
La Sierra Madre Occidental de Durango es una de las regiones más importantes del estado en términos de biodiversidad y recursos naturales. Esta región se caracteriza por tener una gran variedad de bosques y especies animales y vegetales endémicas, así como por contar con una serie de ríos y cuerpos de agua que son esenciales para la vida y el sustento de las comunidades locales y hasta de los estados vecinos. A pesar de esto, el desarrollo de centros ecoturísticos en esta zona se ha dado de manera acelerada y sin un enfoque integral de gestión ambiental, lo que podría tener consecuencias ambientales graves y duraderas.
Entre los factores de riesgo más importantes que podrían derivar de un desarrollo descontrolado de centros ecoturísticos en la zona sierra de Durango se encuentran la deforestación, la erosión del suelo, la contaminación de cuerpos de agua, la fragmentación del hábitat y la introducción de especies invasoras. Todos estos riesgos pueden tener efectos a largo plazo en la biodiversidad y los ecosistemas de la región, lo que a su vez puede impactar en la calidad de vida de las comunidades locales y en la economía de la región.
Teniendo en cuenta estos riesgos, se pueden encontrar ejemplos de éxito en la creación de centros ecoturísticos sostenibles y respetuosos del medio ambiente en otros países. Por ejemplo, en Costa Rica se ha desarrollado un modelo de turismo ecológico que ha logrado generar ingresos significativos para las comunidades locales sin comprometer la biodiversidad y los recursos naturales. De manera similar, en países como Finlandia y Noruega se ha fomentado el desarrollo de centros turísticos en zonas boscosas, pero siempre bajo un enfoque de conservación y uso sostenible de los recursos naturales.
En México también existen ejemplos de centros ecoturísticos que han logrado un equilibrio entre el turismo y la conservación del medio ambiente. Por ejemplo, en el estado de Chiapas se ha desarrollado el Parque Nacional Cañón del Sumidero, que ha logrado atraer a miles de turistas cada año sin poner en riesgo la biodiversidad y los ecosistemas de la región. De manera similar, en el estado de Yucatán se ha fomentado el turismo en zonas de reserva natural, pero siempre bajo un enfoque de respeto y cuidado del medio ambiente.
En el caso específico del estado de Durango, se estima que se han creado un total de 23 centros ecoturísticos en los últimos 20 años. Sin embargo, es importante señalar que muchos de estos centros se han desarrollado de manera desorganizada y sin un enfoque integral de gestión ambiental.
El tema ya está en la mira de las autoridades locales y fue el propio gobernador del Estado, Esteban Villegas Villarreal, quien expuso que en Durango no existe un ordenamiento de crecimiento territorial en la zona serrana, por lo que urgió en la necesidad de generar un mecanismo legal de control en la creación de estos centros, bajo el cumplimiento de lineamientos normativos para evitar impacto ambiental.
Y es que se puede cuestionar seriamente qué hacen los centros ecoturísticos con las descargas de drenaje de las cabañas, cómo procesan su basura, cómo evitan el desperdicio de agua o cómo protegen la biodiversidad del lugar. El hecho es que Durango está a tiempo de ser punta de lanza y ejemplo nacional en dar el paso a apostar por un turismo sustentable, contando con la disponibilidad de los desarrolladores, autoridades y usuarios.