1 Santa Ana. 2 4
"No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar"
- George Bernard Shaw
Para seguir aclarando la confusión entre juego y juegos volvamos a la infancia donde estaba activado el modo juego. ¿Qué pasa cuando los niños juegan a algún deporte en la calle? Sí, me refiero a ese futbol donde son suficientes algunas piedras y cualquier pelota, al beis en el terreno baldío, o al basquet en la cancha de concreto que también funciona para el voli y el baby fut. Aclaro que no me refiero al deporte formal, ese donde tantos papás ahora llevamos a los niños como son las clínicas de futbol o la liga infantil de beisbol. La manera que primero mencioné podría llamarse informal o juego infinito y ese sí es simplemente un juego, aquel donde los niños eligen, dirigen y participan gustosa y libremente. El otro modo es el formal, es un juego finito, solemos llamar juegos (no juego) a esos deportes dirigidos por adultos.
En el modo informal o juego infinito, que sí es un juego, dice el psicólogo Peter Gray que encontramos cinco valiosas lecciones:
Lección 1: Para que el juego continúe es necesario que todos estén contentos. La libertad más básica en todo juego verdadero es la libertad de abandonarlo.
Lección 2: Las reglas son elaboradas y modificadas por el jugador. A causa de que en un deporte informal nada está estandarizado, los jugadores tienen que idear y modificar las reglas con el propósito de adaptarlas a las diferentes condiciones que se presentan. Pocas lecciones podrían ser más valiosas para una vida democrática.
Lección 3: Los conflictos se dirimen mediante el debate, la negociación y el compromiso. Los niños que juegan deportes de manera informal practican muchas cosas a la vez, y tal vez lo menos importante sea el deporte mismo.
Lección 4: No hay diferencia real entre el equipo propio y el equipo contrario. En un deporte informal los jugadores saben desde el principio que la división en dos equipos es arbitraria y solo sirve para cumplir los propósitos del juego.
Lección 5: Jugar bien y divertirse son más importantes que ganar.
Concluye Peter Gray este apartado de su pensamiento acercándose a James P. Carse al concluir: "La vida real es un juego informal. Las reglas son modificables constantemente y las personas deben participar para crearlas. Al final no hay ganadores ni perdedores; todos terminamos en el mismo lugar. Llevarse bien con los otros es mucho mejor que derrotarlos. Lo que importa en la vida es cómo se realiza el juego, cuánto se divierte uno en el camino y cuánta alegría transmite uno a los otros".
Una aclaración: no se trata de hacer menos al deporte formal, el cual tiene beneficios por supuesto. Algo que podría acercarse un poco al juego en el deporte podría ser el deporte de base o de formación para los más pequeños y, aun así, en estos terrenos los adultos con su modo juego desactivado, socavan la pequeña parte de juego que existe, ya sea con el entrenador ultra competitivo o el padre de familia que presiona a su hijo con gritos desaforados desde la tribuna.
Circula en la red un mensaje en video de la Fundación Bafra que lleva por título 'No vengas', en éste se puede ver a niños en un partido de futbol, y por ahí cerca a algunos adultos rondando tras la malla de protección, mirando con expectativa todo lo que sucede, se escucha la voz de un niño al paso de las imágenes:
"Si piensas que siempre tengo que ser el mejor. No vengas".
"Si para ti el resultado es lo más importante. No vengas".
"Si vas a gritar al árbitro cada vez que crees que se equivoca. No vengas".
"Si no puedes soportar que esté en el banquillo. No vengas".
"Y si te vas a enfadar cada vez que fallo. No vengas".
"Si vienes, ven a disfrutar, a animar y a descansar. Yo solo quiero jugar feliz".
"Soñamos con ver en nuestros adultos la libertad incondicional que viven nuestros hijos en sus juegos. Nosotros solo volamos en sueños mientras que ellos vuelan con solo desearlo: son el avión, el pájaro, el piloto, el pasajero, el cielo... sin límites, sin frontera, sin fin".
- André Stern
Dos ejemplos notables de activar el modo juego en la vida. Roger Guillemin fue un médico francés que en 1977 ganó el Premio Nobel de Medicina. Un día invitó a su laboratorio al Dr. Stuart Brown, quien es experto en el tema del juego. Escribió Brown sobre su visita que Guillemin "era como un chiquillo describiendo sus experimentos. Comprendí que lo que ellos estaban haciendo cada día en el laboratorio era jugar". El otro ejemplo es en grupo, hablo de la selección brasileña de futbol campeona del mundo en 1970 en México, esa selección trasmitía alegría, impresionaba y gozó bailando hasta la victoria, hacían el jogo bonito.
"El juego está dentro de la persona que juega y no en el objeto o la acción. Es nuestra actitud la que convierte la acción en juego y nos insufla el alma".
- Imma Marin
Y con todo, el juego no es útil. No busca la utilidad, no espera beneficios. Según Imma Marín, "el propósito del juego es el propio juego, que nace de manera instintiva para saciar nuestras ganas de aprender y crecer". Jugar y dejar que surjan los frutos.
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