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Y tú, ¿qué has aprendido de vivir solo?

Y tú, ¿qué has aprendido de vivir solo?

Y tú, ¿qué has aprendido de vivir solo?

VANESSA BARDÁN PUENTE

Empezar a vivir solo es una experiencia enriquecedora que te obliga a salir de tu zona de confort y empezar a afrontar diversos retos, el vivir solo brinda ese cosquilleo de emoción y miedo por aquello que es nuevo y desconocido para uno.

Cuando estabas acompañado, tenías apoyo, pero ahora tú eres la única persona con la que cuentas, y, aunque es liberador, también te puedes sentir en una cuerda floja, nadie te va a estar esperando en casa, comerás y cenarás solo, estarás viendo la tele solo, te despertarás solo...

Ahora las únicas decisiones que van a importar van a ser las que tú tomes. No tienes que pedirle permiso a nadie, eres tú quien decidirá todo con respecto a tu vida y tu hogar, puedes decorar como más te apetezca, nadie te va a decir nada...

Cuando menos lo esperas, llega el día en que la casa está en silencio y ves que todo está en su lugar, ya no corres para que te dé tiempo y ya no gritas para que te escuchen, dejas de recoger juguetes y ropa sucia tirada en el piso y te das cuenta que el tiempo pasó y crecieron esas personitas que te pedían todo y te necesitaban tanto. Y entonces extrañas tu cansancio y te sobra tiempo, y ves con nostalgia la casa vacía... ¡Ah! esa vieja necesidad de ser necesitada... ahora la lleno con enseñanza, la escritura, las artes, con mis plantihijas y mi perrhijo.

Que los hijos se independicen forma parte de un ciclo vital normal dentro del sistema familiar, aunque inicialmente se les eche de menos, debemos entender que las relaciones y la familia se transforman como todo en la vida, y esto no tiene por qué generarte ningún tipo de tristeza.

Las personas que no saben estar consigo mismas están abocadas a la infelicidad. El estar con uno mismo es un espacio excelente para reconectar con nuestro ser, además de poder desarrollar el autoconocimiento y la autonomía, puesto que nos da la oportunidad de descubrir nuestras fortalezas, debilidades, deseos, motivaciones y esto contribuye a buscar redes de apoyo más reciprocas y honestas. Pero sobre todo de crecer, volverte adulto, pararte en tu propios pies y hacerte responsable de ti mismo, para empezar a ser consciente de que no necesitas a nadie para sentirte bien y feliz.

"Haz lo que quieras y cuando quieras", este es el lema por excelencia de vivir solo. Ya no necesitas obligarte a estar con gente, ni te sientes culpable por no haber ido a una fiesta de cumpleaños, no necesitas forzarte a nada. Al no depender de nadie y no tener que adaptarte a las necesidades y horarios de otros, puedes hacer todo lo que te plazca y en el momento que más prefieras.

Superar el síndrome del nido vacío y asumir la nostalgia como algo natural y con actitud positiva el hecho de que los hijos vuelen, es algo bueno para todos y es "ley de vida", la verdadera misión de los padres es volverse sanamente innecesarios.

Si tienes dificultad para aceptar la soledad busca ayuda profesional y ¡una mascota!, los animales son fieles compañeros que pueden aportar mucha felicidad, una mascota llevará alegría a tu casa.

La soledad no deseada es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades coronarias, abuso de sustancias o depresión. Diría Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

Ahora he aprendido a vivir leyendo buenos libros, viendo mis películas favoritas y con tiempo para preparar una buena pasta, en las tardes salir a mis clases de yoga y dibujo y pasar muchas horas pintando, para que al llegar la noche caiga en un descanso profundo escuchando música en mi cuarto con las mejores experiencias sonoras, y al día siguiente reunirme con mis amigas a tomar el sol y nadar un rato en la alberca. Esa es mi versión de vivir sola, o que ¿tú eres de los que piensan que vivir solo es igual a llegar miserable, desequilibrado y lleno de remordimientos? Seguro que no comprendes que la soledad no se vive contigo, si no cuando estas rodeado de personas que detonan tus demonios y tú mismo no te has procurado una vida agusto y acorde a ti.

Tener una vida propia es un gran regalo para los hijos, si te ven feliz tal vez llegarán a saludarte el fin de semana, abrirán el refrigerador sin pena, se quitarán los zapatos, se recostarán en el sofá a leer alguno de tus libros, preparan café y conversarán como adultos y tu desearás que el peso de sus agobios se quede atrás, al menos momentáneamente, entonces, te darás cuenta del libro que escribiste de tu vida y agradecerás tu historia y los adultos que creaste.

Escrito en: Cariñoterapia vivir, estar, nadie, soledad

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