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Descafeinar la crítica

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Descafeinar la crítica

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

A la hora de escribir estas líneas quedan unos minutos para que comience el segundo debate presidencial. La estrategia oficial, más allá del debate, parece clara: relativizar, descafeinar las críticas que se hacen a lo que ha realizado en estos cinco años por el Gobierno Federal en diversos temas.

Destacando por su gravedad, las críticas son especialmente fuertes respecto de la situación de seguridad y de salud en el país, pero no son las únicas, abarcan una diversidad de dimensiones de nuestra vida pública, sin ser exhaustivo se pueden nombrar el poder económico otorgado a la cúpula militar en el sexenio, el nulo crecimiento económico y el endeudamiento a costa del futuro de los mexicanos, la corrupción de la élite que ahora gobierna, que se asemeja mucho a la corrupción de las élites política del pasado lejano y cercano.

Para el oficialismo, lo que importa en estos tiempos de campaña es reducir la intensidad de la crítica, desvalorizarla, relativizarla, en lenguaje cotidiano, descafeinar la crítica.

Si se hace la crítica respecto a que este sexenio es el que tiene más homicidios en la historia del país, la respuesta para quitarle valor a la crítica es que hay que "celebrar" que tenemos una tendencia a la baja en el número de homicidios.

Si la crítica es la actuación del gobierno durante la pandemia de COVID-19, la respuesta oficial desvía la atención hacia estadísticas de muertes por millón de habitantes que deshumanizan la tragedia que viven las familias de los 800,000 muertos que dejó el COVID-19 en nuestro país.

Si la crítica es relativa a la crítica al Poder Judicial y los intentos de captura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la respuesta oficial propone una evaluación al Poder Judicial y a las decisiones que han tomado en los últimos años, sin abordar el problema de fondo: en una democracia liberal no es posible tener en el tribunal constitucional a militantes del partido en el poder, ya que no se espera imparcialidad el juzgar las acciones del gobierno que encabeza el partido en el que milita un miembro del tribunal constitucional.

Como estos ejemplos, la narrativa oficial, tanto del gobierno como de la campaña oficialista, más allá del debate que se realizará hoy, es disminuir, relativizar, descafeinar los argumentos que se presentan con datos duros, con evidencia empírica.

El último ejemplo de cómo relativizar las críticas por un lado y aprobar leyes regresivas por otro es la reforma a la ley de amparo que se acaba de aprobar en el Congreso de la unión. Por un lado se aprueba una ley que solamente permite que las personas que tienen recursos económicos para pagar abogados y costear un proceso jurídico largo tengan el beneficio del amparo contra actos de la autoridad. Los más pobres, que no tienen recursos se quedarán sin los beneficios que les otorgaba la jurisprudencia contra ciertas leyes.

X: @jesusmenav

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