Egresados duranguenses, ¿ahora podrán quedarse?

Durango tiene una deuda histórica con sus jóvenes. Los estados del Bajío mexicano o de la frontera, así como Nuevo León, Ciudad de México, Illinois, California y Texas se han convertido en el principal centro de trabajo de los duranguenses que al egresar de sus carreras no encontraron una fuente de empleo digna. La gran duda ahora es si con las industrias que se instalen en Durango en los próximos años, por fin se acabará la problemática que ha deparado a miles de familias.

Primero fue el anuncio de la planta armadora de vehículos eléctricos de la empresa china SEV, luego una planta constructora de páneles solares del mismo consorcio oriental, también en la capital; posteriormente se dio a conocer la inversión que hará la empresa española Drotium, con especialización en inteligencia artificial y robótica.

Desde que yo era niño escuchaba estas frases de que en Durango cuando levantas una piedra ya no salen alacranes: salen abogados. Un tema que ha sido reconocido por los propios directivos de las escuelas profesionales, sobre la saturación de mercados específicos por la cantidad de egresados que hay en cada generación. Siendo honestos, la autocrítica también iría en las dos vías, pues lo que ha faltado es la especialización en temas específicos para desahogar el mercado laboral de los ámbitos generales. Pero, bueno, ese es otro tema.

De acuerdo con las estimaciones del Sistema Nacional de Información Estadística Educativa (SNIEE), en el estado de Durango egresan cada año más de 30 mil jóvenes de carreras profesionales. ¿Dónde empleamos a tanto nuevo profesionista, en un estado donde la industria más grande es el Gobierno? Peor aún, ¿cómo consolidar un proyecto de emprendimiento en un estado cuya economía es la más pobre del norte del país?

Esas estimaciones indican que el 55 por ciento de los jóvenes que egresan son mujeres. Pero además, cerca del 40 por ciento egresan de carreras vinculadas a ciencias sociales y administrativas; casi cuatro mil son de áreas relacionadas con la educación y poco menos de dos mil de ciencias de la salud. Si vemos los temas, son mercados laborales sobresaturados, en crisis presupuestal y social.

A esto le añadimos los poco más de mil egresados de carreras agropecuarias y veterinarias, ámbitos en los que Durango tiene su principal vocación históricamente. Al final, los tiempos de crisis para unos son oportunidades de éxito para otros; ya lo demostró la pandemia.

Pero dentro de estos sectores de profesionistas hay uno que ha sido el más castigado en la oferta laboral: el de las carreras técnicas. Duranguenses que a pesar de su gran talento y capacidad hoy tienen sus arraigos en otros estados y hasta en otros países, debido a que no encontraron oportunidades de desarrollo por la falta de industria en su terruño. Se calcula que son más de seis mil jóvenes los que egresan de carreras relacionadas con ingeniería, manufactura y construcción. Este es el sector podría resultar principalmente beneficiado cuando se consoliden los proyectos de inversión que recién fueron anunciados por el Gobierno de Durango.

Incluso la vocación de las carreras ya tiene que ser diferente. Durante el anuncio de la construcción de la planta de paneles solares de SEV, el director del Tecnológico de Durango, Guillermo de Anda, anunció la próxima apertura de las carreras en inteligencia artificial y ciencia de datos, además de que ya se está cursando la ingeniería en semiconductores. No hay de otra; así tenía que ser.

En la memoria de los duranguenses todavía resuena la vez que Grupo Modelo estuvo a punto de instalar su planta en Durango, pero terminó trasladándose a Zacatecas; o cuando KIA optó por hacer una nueva inversión en Nuevo León hace un par de años. Pero ahora, los compromisos se han logrado y parece que vienen nuevas oportunidades para nuestros jóvenes.