Impunidad cero ante envenenamiento masivo de animales en Durango

En México el maltrato animal es un tema alarmante. Aun cuando en casi todos los estados tal barbarie es considerada como un delito que se sanciona con prisión y multas de diversos montos, de acuerdo a una investigación de la Dirección General de Difusión y Publicaciones del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, se estima que solamente se castiga el 0.01 por ciento de casos que ocurren e territorio nacional.

El 2024 aún no alcanza a cumplir su primer semestre mientras en nuestro país se disparan las cifras de animales muertos por envenenamiento. Casos muy sonados han ocurrido en entidades como Tlaxcala, Estado de México, Puebla y Oaxaca en los que considerables cantidades de perros y gatos han sido exterminados de manera masiva, sin que haya responsables pagando por tales crímenes.

El estudio titulado "El maltrato animal y sus sanciones en México", elaborado por el investigador César Alejandro Giles Navarro apenas el año pasado, apunta que el problema es mucho más grande de lo que se puede ver en videos difundidos a través de las redes sociales, pues se calcula que siete de cada 10 animales domésticos en este país son víctimas de alguna forma de trato violento, sin contar los que proliferan en las calles.

El reciente envenenamiento masivo de perros y otros animales en fraccionamientos y predios aledaños al Club Campestre de Durango, ocurrido a finales del pasado mes de marzo, es una desventura que hasta el momento pareciera solo haber motivado la acción de la sociedad civil, mas no la de las autoridades que parecen ser complacientes.

La pérdida de más de 30 perros y gatos, entre los cuales hay algunas mascotas domésticas que fueron víctimas al igual que una importante variedad de vida silvestre, tanto de flora como de fauna, no solamente implica un acto de crueldad, sino además representa un alarmante ecocidio que no puede ser tolerado por las autoridades competentes.

Más allá de la tristeza que pueda provocar la muerte de estos animalitos, el uso de tóxicos aplicados ya sea en cebos o agua, puede causar un serio deterioro al medio ambiente ante el riesgo de contaminación del afluentes del vital líquido y del mismo suelo, eso sin contar el impacto en las especies nativas como una de las consecuencias más graves de esta acción irresponsable.

Según el estudio referido se revela que 27 de las 32 entidades cuentan con una ley de protección o bienestar animal, las que establecen disposiciones para garantizar el trato digno a los seres sintientes. El gran problema es que estas leyes no siempre se cumplen, debido a cuestiones como la falta de capacitación y de recursos de las instituciones, así como la dispersión de atribuciones entre los niveles de gobierno y el grave influyentismo.

EN LA BALANZA.- La sequía en Durango enfrenta su fase más crítica. La temporada de calor apenas comienza y las presas en el estado no alcanzaron a captar niveles mínimos de agua con tan pobres lluvias del año pasado. Los volúmenes no alcanzarán para el ganado ni para la agricultura en este 2024. Suena a película apocalíptica y de ficción, pero es la realidad que nos está alcanzando.

CERROS SECOS Y PELONES... En Gómez Palacio, por negligencia y abandono de las autoridades estatales, los valiosos murales del Instituto 18 de Marzo se encuentran seriamente deteriorados. Hace 30 años fue que se les dio el último mantenimiento; sin embargo, el mismo fue gestionado ante el Gobierno Federal por el extinto empresario y exalcalde, Carlos Herrera Araluce.

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