José Madero estrena su álbum ‘Sarajevo’
Si hay un cantautor capaz de detonar abanicos de emociones con inflexiones sensoriales entre el horror y la belleza, ese es José Madero, quien a lo largo de su carrera se ha dedicado a revisar los claroscuros que viven en las emociones humanas, con tal de alcanzar un terror provocado por la catarsis musical: hacer del arte un espacio para agitar a los calmados y calmar a los agitados.
Con un historial lleno de himnos emocionales, el exintegrante de PXNDX presenta su nueva obra maestra, un álbum que deslumbra por su renovación sonora y por su capacidad para elaborar una nueva tesis sobre aquello que hace al hombre un humano: el miedo, el dolor, el erotismo, la belleza y sobre todo, la valentía emocional que requiere verbalizar los miedos y deseos, mostrándolos como seres complejos pero dignos de toda experiencia.
UNA EXPERIENCIA SONORA
Dichos elementos dan vida a “Sarajevo”, una sinfonía en 12 partes, cuya principal característica es la experimentación sonora, ya que incorpora elementos del rock industrial de los 90 (como ritmos programados o guitarras altamente distorsionadas) a su característico estilo, para dar un paso evolutivo a su de por sí brillante carrera.
Bienvenidos a “Sarajevo”
El inicio de esta aventura se da con “Hablemos del Campo”, pieza que instala inmediatamente en el mood del disco, pues aquí conviven todas las inquietudes temáticas de José (la historia central es la toxicidad magnética de una pareja), al tiempo se puede notar la evolución musical del proyecto.
Después viene “Cum Laude”, una power ballad que fue lanzada como sencillo y que permitió gozar uno de los puntos más álgidos en esta narrativa, pues dentro de eso se encuentra el impulso de converger la inseguridad con el perfeccionismo, logrando destruir la belleza con honores.
También está “Día de Mayo”, que presenta a un personaje que ruega por ayuda sin estar dispuesto realmente a recibirla, pues en ocasiones el vértigo, sin ser conscientes de ello, es parte del mismo disfrute de la desventura.
LASSO, SU INVITADO
Entonces aparece “Rey Ahogado”, track que incorpora al astro venezolano Lasso para formar un dueto de ensueño, donde ambos artistas realizan un manifiesto sobre la entrega emocional que hace el artista con su obra y como ésta es recibida por las masas.
“Suspira Sobre Mí”, siguiente canción del disco, funciona como un rompimiento estético, ya que la instrumentación recuerda al indie pop de los dosmiles, mientras la letra cuenta con un espíritu más animado frente al resto del álbum: aquí el agradecimiento se rinde ante el amor y su capacidad para sacar de la oscuridad.
EL LADO MÁS OSCURO
La siguiente parada en el camino es “Gardenias ‘87”, composición que “escapa del cliché amoroso, tomando tintes góticos al hablar de sangre y desechos. Evité usar frases típicas como “eres todo para mí”, pero sin olvidar el mensaje primordial de la canción: el amor es capaz de sacarnos de la oscuridad”, mencionó el propio José Madero.
Después se encuentra “Dafne”, track elegido para acompañar el estreno de “Sarajevo”. Esta composición sorprende por su construcción, misma que arranca con suaves notas de piano, para escalar en intensidad pop, hasta construir un ritmo tan dinámico como apasionado, mostrando el poder que conlleva encontrar a la persona ideal con la cual compartir el amor.
En las voces, José es acompañado por Sofía Thompson, con quien construye un diálogo entre dos personajes que hablan sobre cómo el amor influye en la capacidad creativa de las personas, sentimiento que queda perfectamente retratado en el video de la canción, donde se ve florecer algunos colores en lo que parece ser una ciudad en ruinas.
Posteriormente, llega la otra cara del amor en “Érase Una Bestia”, dondel romanticismo es sustituido por la manifestación del deseo carnal; para luego seguir con “Baila Conmigo”, donde la apuesta sonora busca un equilibrio entre la alegría de la electrónica bailable y el poderío del género industrial.
“Nueve Vidas” sigue la travesía al cuestionar a los cuántos intentos se sabrá cómo funciona la vida, para luego dar paso a “Luciérnaga”, una de las piezas emblemáticas del disco.
Finalmente, está “Noble Gas”, un cierre de enorme crudeza y nitidez, una suerte de oda a la desesperanza que nos deja con ganas de más, al tiempo que construye una invitación a repetir el álbum, con tal de encontrar una respuesta en este destino musical llamado ‘Sarajevo’.
Una ficción con destellos de realidad
Con todo, “Sarajevo” se erige como algo más que una colección de canciones: se trata de una bestia sonora que retoma elementos de una historia personal, pero con elementos que le convierten en una narrativa atemporal con la cual todos se pueden identificar, pues al final, el papel del artista es ese, entregar una ficción con destellos de realidad.
José Madero habita este espacio llamado “Sarajevo” como un artista que procura la identificación con la audiencia, al tiempo que trae elementos innovadores.