Jóvenes viven la inmediatez, ya no existe para ellos la durabilidad: Sociólogo
Hoy en día, los valores para los adolescentes son superficiales; ya no existe para ellos la durabilidad, solo les interesa vivir el presente. "Existe un rechazo hacia lo antiguo", señaló Daniel Rodríguez, sociólogo de la Universidad Juárez del Estado de Durango.
En un diálogo sobre la situación actual de los adolescentes, el especialista comentó que es como un teléfono celular: estos cambian constantemente. "¿Quién se acuerda del de hace uno o dos años? Vamos por lo nuevo", expresó.
Rodríguez explicó que estamos viviendo lo que se conoce como la modernidad líquida, la cual está transformando las escalas de valores. Las tribus sociales de los años 90 tendían hacia la permanencia, “la idea era la permanencia”, afirmó.
“Hoy, con la modernidad líquida, los valores actuales se desvanecen en el aire; los valores son de inmediatez: placer, ganancia inmediata, objetivos a corto plazo. En absoluto es una generación de grupos sólidos o amplios”, comentó.
Los adolescentes y la juventud de hoy buscan acciones con un fin en sí mismas: “les interesa el ahora, es la idealización del presente. Por ello, rechazan los viejos esquemas”.
Añadió que, en el pasado, la gente pensaba en asistir a la escuela, conseguir un buen trabajo y en la jubilación. Sin embargo, hoy en día, para los jóvenes resulta desagradable permanecer mucho tiempo en un solo empleo que les "robe" la vida.
“Por eso ven todo lo viejo con desagrado. Pensar en el largo plazo es, para ellos, una pérdida de tiempo; prefieren vivir en la transformación y la movilidad. Incluso en lo social y en la amistad, ya no existe la durabilidad, sino la inmediatez”, indicó.
Sin embargo, Rodríguez advirtió que muchos jóvenes que salen de su parámetro de aceptación, si se les deja solos, buscarán dónde encontrar identidad y una manera de sobrevivir. En ese contexto, el crimen organizado y las pandillas suelen ser una opción.
Por eso, pidió a los padres de familia estar pendientes de sus hijos, comprender su forma de ser y no dejarlos libres o solos. Además, sugirió no idealizar los métodos de educación del pasado, como cuando se decía que "una nalgada a tiempo resolvía muchas cosas".
“No debemos simplificar ni pensar que lo de antes era maravilloso ni que lo de ahora es la solución. Tenemos que buscar puntos medios, dependiendo de las circunstancias sociales y familiares”, concluyó.