La risa es lo que cala
Hay un clima de mal humor no solo entre la sociedad, sino también y marcadamente en la Administración federal. No es para menos. AMLO le heredó a la Presidenta varios frentes abiertos. A nivel local, una pretendida "ingeniosa" campaña de difusión del gobierno del estado tuvo que ser bajada minutos antes de que se subió a redes sociales. No está nadie de humor.
En el año 2020, en una de sus conferencias mañaneras López Obrador, ante las evidencias del magro crecimiento económico del país, anunció que estaba trabajando en un nuevo índice alternativo al Producto Interno Bruto (PIB), uno que mida, entre otras cosas, "la felicidad del pueblo". Está de más señalar que, en términos del PIB, AMLO quedó muy lejos del 4 por ciento de crecimiento que prometió en su campaña por la Presidencia. Terminó el sexenio con un 0.7 por ciento, la cifra más baja desde el gobierno de De la Madrid. Y aunque no terminó su nuevo parámetro, en caso de haber sido así, difícilmente la evaluación sería aprobatoria.
En días pasados, el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena participó como panelista en un foro de la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard. En una de sus intervenciones, el togado señaló: "Todos los jueces y magistrados federales tendrán que ser votados. Ahora los requisitos para ser electos,(...) y no es broma, es tener 8 de promedio, y cinco cartas de recomendación de tus vecinos, si tienes esos requisitos puedes ser postulado hasta la Suprema Corte". Estos alucinantes requisitos provocaron las carcajadas y la incredulidad de todos los ahí reunidos.
Lo que sorprendió acá es que diputados federales morenistas se indignaron por este suceso. A tal grado que la diputada Antares Vázquez Alatorre tachó de mentiroso al ministro y lo retó a que dijera en qué parte de la ley se establecieron esos requisitos. Casi de inmediato, varios internautas le respondieron en redes sociales a la legisladora: en los artículos 95, 96 y 97. O sea, votaron sin saber lo que contenía la nueva disposición. Incluidos nuestros "Yunes" duranguenses. Al preguntarle sobre las risas y la mofa que hizo la comunidad universitaria, Claudia Sheinbaum dijo, con rostro adusto: "Nadie se burla de los mexicanos (...) A mí me toca defender a mi pueblo a mi país y a mí Patria". Le molestó la risa.
De igual forma molestó que el gobierno del estado de Durango haya pretendido basarse en el humor, en la parodia, para realizar un promocional para difundir descuentos en el tema de pago de refrendos y replaqueo, valiéndose para ello del talento de la actriz Tamara Henaine, quien hace una gran caracterización e imitación de la presidenta. "Claudita", hace llamar a su personaje. El mal humor social y la piel extremadamente sensible del morenismo federal y local consideraron una falta de respeto el promo que fue tundido en redes y que provocaron que fuera bajado todo vestigio de "Claudita" invitando a los duranguenses a ponerse al corriente en sus pagos. La campaña se convirtió en un tiro al pie que se dio el gobierno local.
El horno no está para bollos. La risa es lo que cala.