Tala. Habitantes de La Guajolota detuvieron el corte de pino que se estaba haciendo por particulares, pues consideran que estaba siendo excesivo y desmedido.
Habitantes indígenas de la localidad La Guajolota, perteneciente al municipio de Mezquital, Durango, están denunciando la tala desmedida de pinos, un hecho que se está convirtiendo en un ecocidio en toda la zona.
Los habitantes aseguran que no están de acuerdo con la actividad forestal, pues se está quedando todo "pelón", por lo que se han organizado para detener lo que consideran un abuso, robo y atentado contra los bosques.
Acusan al Comisariado de Bienes Comunales, entre otras personas, de dar la aprobación y hacer la venta a dos empresas madereras, pero sin consultarlo con los pobladores y sin mostrar los documentos que avalen dicha acción y acuerdo.
Informaron que los responsables presentan un documento con los supuestos beneficios para la comunidad, como generar trabajo, cuidar el agua y un recurso económico, pero hasta la fecha no se han visto esos beneficios para la región.
EXPLOTACIÓN DESMEDIDA
Los denunciantes aceptan que el bosque puede explotarse para beneficio de las comunidades, pero siempre y cuando se haga de una manera correcta, para que no genere daño y sea aprobado por la mayoría.
En este caso, precisan que de al menos tres mil pobladores que viven entre La Guajolota, Santa María de Ocotán y Anexos, solo unas 10 personas están de acuerdo con la tala y son precisamente las que firmaron la aprobación, como representantes, sin consultarlo con el resto.
Jesús Cortez, habitante de la comunidad, aseguró que no van a permitir que se continúe con la tala indiscriminada, por lo que se están coordinando con pobladores de otras localidades que están pasando por la misma situación, pues están dispuestos a juntos cuidar y defender los bosques.
BLOQUEOS
Como parte de estrategia para detener la tala en La Guajolota, se propusieron a no dejar pasar a los camiones que llevaban la carga de madera clandestina.
Se instaló un retén en la primaria de la comunidad, con vigilancia de 24 horas, con gente de todas las edades (incluidos mujeres y niños) para no dejar pasar a los camiones con los pinos talados.
Entre los árboles que estaban sacando se estaban cortando hasta los más pequeños, muchos que se encontraban a pie de carretera, de ríos y escuelas.
"No se está respetando a la naturaleza, ni a las propiedades de las personas, pues han cortado alambres y cercos de algunas casas para pasar por ahí", afirman.
Gracias a esa unión de comuneros, por el momento los camiones troceros no están entrando a la Sierra, y los que había se retiraron junto con su maquinaria, pero les preocupa que en cualquier momento pueden regresar.
