Esquema. Las personas en conflictos con la justicia deben cumplir ciertos requisitos legales para acceder a este programa.
El Programa de Justicia Terapéutica es el esquema que ofrece la autoridad a las personas inmersas en un proceso judicial, por el cual se les brinda asistencia médica o psicológica ante situaciones sobre todo de estrés en conflictos de índole civil o familiar; según lo explicó el juez de Control y Enjuiciamiento del Poder Judicial del Estado, José Ricardo Castro Romero, quien es especialista en esta estrategia.
Explicó que en México se ha explorado este tipo de justicia con una variante, en los tribunales de adicciones en materia penal, dirigida a personas que cometen una conducta delictiva bajo el consumo de alguna sustancia ilegal; para lo cual se realiza un análisis previo que determina si existe la adicción y es cuando se inicia con un tratamiento por medio de una solución alterna, con la premisa de salvaguardar los derechos tanto del imputado como de la víctima.
La Justicia Terapéutica o Cortes de Drogas, como se comenzó a conocer, nació en Florida, Estados Unidos, en la década de los 80 y llegó a Durango en diciembre del año 2014, por invitación de la Secretaría de Gobernación y de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tenía la encomienda de socializar este programa en el hemisferio sur; se buscaba, en aquel entonces, estados que contaran con el sistema de justicia penal acusatorio con el interés y la empatía de apoyar a los usuarios de dicho sistema.
A los estados determinados se les brindó capacitación y uno de ellos fue Durango, aunque actualmente son siete las entidades federativa en las que se implementa la Justicia Terapéutica.
En Durango, el programa inició en el Primer Distrito Judicial con residencia en la capital del estado, después se abrió a los distritos de la Región Laguna; por lo cual el Juez consideró se cuenta con una cobertura de más del 70 por ciento de la población estatal. Sin embargo, siembre sigue la búsqueda de sinergias, ya sea con las Presidencias Municipales o con la sociedad civil para tener una mayor cobertura, puesto que este es un programa que prioriza la calidad sobre la cantidad con el objetivo de que las personas participantes vuelvan a reinsertarse de manera exitosa en la sociedad.
FUNCIONAMIENTO
El programa de Justicia Terapéutica en el estado de Durango funciona con el respaldo de instituciones como el Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Salud a través de los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA), y la Dirección de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública.
El Juez especializado puntualizó que en una salida alterna normal, es decir en un proceso cotidiano, intervienen un Juez, un Ministerio Público, un defensor y un asesor jurídico; en un proceso bajo el Programa de Justicia Terapéutica se suman un psicólogo y un supervisor jurídico, quienes participan dentro de las audiencias y contribuyen con el desarrollo del mismo.
Agregó que lo anterior es porque además de llenar los requisitos jurídicos de una suspensión condicional del proceso o de un acuerdo reparatorio, salidas alternas bajo las cuales opera el Programa de Justicia Terapéutica, se deben llenar requisitos de salud que supervisa el psicólogo; y los ejes de reinserción social: educación, deporte, empleo y salud, que vigila el supervisor jurídico.
CASOS DE ÉXITO
Abelardo comenzó con las drogas a los 17 años de edad como parte de un "juego" con unos primos. Al paso de los años se convirtió en una adicción que ya no podía controlar, necesitaba diario consumir drogas; así empezó con problemas en la casa con su esposa, a celarla, a tener escases en todo, los trabajos los dejaba para vigilar y controlar a su esposa.
Recuerda que fueron cosas desagradables que lo llevaron a perder y malbaratar sus pertenecías, sus carros, sus camionetas, para continuar con el consumo de "cristal", lo que fue escalando a situaciones difíciles como meterse en problemas con la ley hasta caer recluido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) durante dos años por el delito de robo de vehículo.
Abelardo entró al programa de Justicia Terapéutica en el año 2023 durante su proceso judicial y aunque al principio no creían en él que fuera a funcionar dentro del proceso, tenía años con el pensamiento de que un día iba a dejar las adicciones. Fue de esa manera como obtuvo su libertad, continuo con su rehabilitación y aunque tuvo una recaída, se le brindó la oportunidad de seguir en el Programa del cual se graduó hace tres meses.
A pesar de que Abelardo tuvo problemas a causa de las adicciones, al grado de intentar privar de la vida a su esposa, tuvo la oportunidad de recuperar a su familia. Ahora cuenta con un trabajo y con las herramientas que el programa de Justicia Terapéutica le brindó para vencer la adicción. Desde enero pasado a la fecha ya no ha consumido, no pelea con su esposa y los planes van saliendo bien.
Por otro lado, el primer consumo de drogas de José fue a los 19 años de edad; en ese entonces solo consumió unas dos veces pero no le gustó la reacción que hubo en su cuerpo y lo dejó. Pero entre los 35 o 36 años, por no "saber resolver sus problemas" comenzó a consumir una vez por semana, pero en poco tiempo se disparó diario hasta llegar a tres o cuatro dosis al día.
Aunque fueron pocos años de adicción, José consideró que el daño fue grande. Un daño emocional que causó la separación de su esposa, que estaba por acabar con su salud y con la de sus padres; "acaba uno con todo lo que tiene a su alrededor".
Los problemas iniciaron porque empezó a mermar el dinero, ya no lo llevaba a su casa todo lo que ganaba se lo consumía. José cayó también en el Cereso a causa de un robo a casa habitación por el que estuvo preso durante 10 meses para las fechas del confinamiento por la pandemia, por lo que los recuerda como unos meses complicados en los que no recibió visitas. En este caso, el abogado defensor fue el que informó a los padres de José que era candidato al Programa de Justicia Terapéutica y los invitó a provechar la oportunidad.
José ahora agradece el apoyo que siempre ha tenido de sus padres y sus hermanas, y aunque perdió su matrimonio, su mayor motivación son sus dos hijos. De hecho, José se graduó hace dos años, lleva tres "limpio", tiene un trabajo estable y continua con la lucha pues reconoce que dejar las drogas es algo tan difícil que le ha costado mucho; pero siempre que siente la tentación de recaer. Es entonces cuando piensa en lo que ha logrado y se enfoca en sus hijos, permitiéndole seguir adelante.
