El año en el que Rafa Nadal cayó en primera fase y Novak Djokovic tuvo que marcharse lesionado, Roland Garros vivirá el domingo una final inédita entre dos jugadores que alcanzaron el último escalón por vez primera, el español Carlos Alcaraz y el alemán Alexander Zverev.
Será un duelo entre dos tenistas de generaciones diferentes y trayectorias desiguales. El alemán, de 27 años, número 4 del ránking, busca su primera corona en un Grand Slam mientras que el español, de 21, número 3 del mundo y el tenista más joven en alcanzar una final de Grand Slam en las tres superficies, ya ha sumado dos.
Alcaraz alcanzó su primera final en París tras derrotar en un agónico partido al italiano Jannik Sinner, virtual número 1 del mundo, 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3, un duelo cargado de tensión y emociones entre dos rivales que se conocen bien y que jugaron atenazados por todo lo que estaba en juego.
La batalla fue vibrante, cargada de épica, porque ninguno de los dos tenistas fue capaz de desplegar el nivel que les ha situado en lo más alto del ránking, pero el español demostró más aguante, supo mantenerse a flote en los peores momentos y llegar más fuerte el tramo final, donde remató al italiano.
"Estoy contento de haber sacado adelante esta situación tan compleja basándome en otras similares que viví en el pasado y ver que he aprendido de ellas a cómo lidiar esos momentos. He estado fuerte mentalmente, no me he ido en ningún momento del partido, para mi es un orgullo no haber tropezado en la misma piedra", dijo.
Zverev, que encadenó una duodécima victoria consecutiva para alcanzar su primera final en París, tras tres semifinales fallidas, su segunda en un Grand Slam después de la del Abierto de Estados Unidos de 2020, que perdió frente al austriaco Dominic Thiem.
"Entonces no estaba maduro, no estaba preparado", dijo el germano, de 27 años, que derrotó 2-6, 6-2, 6-4 y 6-2, al noruego Casper Ruud, que el año pasado le apeó en semifinales camino de su segunda final consecutiva.
Zverev se convierte así en el segundo alemán que jugará una final de Roland Garros, tras la que perdió en 1996 Michael Stich frente al ruso Evgeny Kafelnikof.
El germano logró al fin alcanzar la final coincidiendo con otra buena noticia para él, la de que se cierra el proceso por agresión a una ex pareja en su país, tras haber alcanzado un acuerdo entre las partes.