Editoriales

OPINIÓN

8 de marzo: Nos faltan todas; nos falta justicia

Columnista invitada

8 de marzo: Nos faltan todas; nos falta justicia

8 de marzo: Nos faltan todas; nos falta justicia

ANDREA DORADOR SARMIENTO

Hoy, en Durango y en todo México, el grito es el mismo: ¡Nos faltan ellas!

Nos faltan las que salieron y nunca volvieron. Nos faltan las que gritaron y nadie escuchó. Nos faltan las que hoy deberían estar aquí, pero la violencia, la indiferencia y la impunidad se las llevaron.

¿Cómo no sentir coraje? ¿Cómo no sentir miedo? Nos han arrebatado demasiado. Nos han

Enseñado a vivir con precaución, a cuidarnos entre nosotras porque el Estado no lo hace.

Nos han dicho que exageramos, que nos calmemos, que no es para tanto. Pero sí lo es. Es para tanto, y más. ¡Nos faltan ellas!

Nos han intentado silenciar con miedo, pero el miedo se convirtió en fuerza. Se convirtió en un grito que recorre cada calle, cada casa, cada corazón que ha perdido a alguien, que teme perderse a sí misma, en un país que nos ha fallado y los gobiernos se han quedado paralizados.

La Alerta de Violencia de género en Durango fue activada, pero hoy sigue siendo una promesa vacía. Nos dejaron solas, mientras las cifras de feminicidios y violencia siguen subiendo. Los gobiernos no han cumplido, los recursos no han llegado y la protección nunca ha sido real. Nos dicen que hay medidas, pero la realidad es que seguimos viviendo con miedo, seguimos siendo víctimas de un sistema que nos ignora. Nos dejan atrás, y mientras tanto, las mujeres seguimos pagando el precio de un Estado que no protege.

¡La alerta está muerta, pero nuestra lucha está más viva que nunca! Hoy marchamos con el alma rota pero con la voz firme. Marchamos por las que no pueden. Marchamos porque queremos un futuro donde nuestras hijas no tengan que crecer con miedo.

Porque queremos justicia, no solo consignas. No vamos a parar. No vamos a callar. No nos vamos a rendir. Porque si tocan a una, respondemos todas.

Porque hasta que el último feminicida esté tras las rejas, hasta que la última desaparecida vuelva a casa, hasta que el último agresor deje de ser encubierto, aquí seguimos y aquí seguiremos. Por mi hija, mi madre, mi hermana , mis primas; por las mujeres que me rodean y todas las duranguenses.

Por ellas, siempre alzaré mi voz. Es cuanto.

Escrito en: ANDREA DORADOR SARMIENTO faltan, seguimos, vamos, cada

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas