
Además del dolor, madres buscadoras de Durango sufren extorsiones
Vivir todos los días con la incertidumbre de no saber dónde está un familiar, enfrentar la indiferencia de las autoridades en la búsqueda y recibir llamadas falsas y de extorsión, es parte de la realidad a la que se enfrentan los familiares de personas desaparecidas.
Son principalmente las familias que llevan poco tiempo buscando a su familiar o que recién no lo localizan quienes caen más fácil en esta situación, pero ante la desesperación lamentablemente han sido víctimas de engaños y han entregado dinero.
Publicar la ficha de la persona desaparecida y compartirla en redes sociales las convierte en un blanco fácil para la delincuencia, se trata de personas sin escrúpulos que aprovechan la agonía de las familias para dar falsas esperanzas.
Entre madres buscadoras y colectivos existe un respaldo constante; quienes llevan más tiempo en la búsqueda orientan a quienes recién han reportado la desaparición de un familiar.
Carmen Rosario Soto Valle, presidenta del Colectivo Buscando a Emilios, quien en la búsqueda de su hermano Pedro Emilio Salazar Valle desde hace 17 años ha vivido este tipo de situación, entre otras. Ha sido testigo de cómo otras personas que se han integrado al colectivo o que buscan a un familiar de manera independiente, han pasado por lo mismo.
“Es gente que trata de explotar la lástima. Mandan mensajes para decirnos que los tienen, que están heridos, que se deposite dinero para salvaguardarlos, que saben algo o que están en la central para mandarlos de regreso, entre otras cosas”, afirmó.
Reconoció que lamentablemente varias madres buscadoras de Durango han caído en las extorsiones y, aunque no se les han solicitado cantidades exorbitantes entre 2 mil 500 y hasta 6 mil pesos, muchas reúnen ese dinero con gran dificultad, ya que no cuentan con ingresos suficientes.
“Con la experiencia nos hemos dado cuenta de que cuando alguien te quiere ayudar de verdad, no te pide dinero” indicó.
Sin embargo, la desesperación por obtener alguna noticia provoca que las familias caigan en la extorsión. Los delincuentes crean perfiles falsos o nuevos en redes sociales desde donde envían los mensajes.