
'Andamos arando', le dijo el PRI a Pancho Franco
En política hay fracasos que duelen, que incluso pueden acabar con las carreras de algunos políticos. No obstante, hay derrotas que alientan y metafóricamente pueden entronizar reyes sin coronarlos. Eso fue exactamente lo que ocurrió con la elección municipal en Durango capital del pasado domingo 1 de junio, la que dejó, más que resultados, lecturas importantes sobre candidatos y partidos.
Mientras Toño Ochoa del PRI-PAN retuvo la presidencia municipal con una candidatura común que sumó estructuras y recursos de dos partidos históricos, el fenómeno electoral fue Pancho Franco, de Movimiento Ciudadano, quien con una candidatura exprés y una campaña austera se colocó en segundo lugar, pero logró que MC se convirtiera en la primera fuerza política en la capital, siendo el partido más votado en lo individual.
Y es que Pancho se impuso no sólo en las urnas, sino también dentro del coloquio político de Durango. Un segundo lugar con sabor a triunfo fue más que determinante, tanto así, que de inmediato no faltó quien quisiera aprovechar y adjudicarse algo del mérito, como el propio gobernador Esteban Villegas, que intentó atribuir el éxito del emecista a su pasado priista.
El mandatario sugiere que la conquista de Pancho Franco debe atribuirse a su formación en el Partido Revolucionario Institucional, afirmando que es producto de la escuela tricolor. Incluso insinúa que su desempeño en campaña podría haber sido parte de una estrategia más amplia para frenar a Morena. A eso, en cualquier democracia, se le llama pretender manipular la narrativa.
Si bien el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, reconoció sin ambages que Pancho Franco pasó por el PRI, tuvo que puntualizarle al gobernador que “no aprendió lo malo”. La respuesta no es menor, pues restriega al titular del Ejecutivo las prácticas clientelares y las estructuras cupulares que definen al Revolucionario Institucional y que lo encumbraron donde está hoy.
Lo cierto es que Franco dejó el PRI hace tiempo, como lo han dejado muchos ante la decadencia de ese partido. Sin embargo, no lo hizo para retirarse de la política, sino para iniciar desde abajo en Movimiento Ciudadano, en donde -según él mismo ha relatado- comenzó literalmente desde abajo, incluso hasta sirviendo café, y lo dice con mucha humildad y orgullo.
Esa historia, la que muchos podrían ver como menor o anecdótica, dice mucho de la ruta que ha Pancho ha seguido en su trayectoria: sin padrinazgos, sin herencias de poder y sin formar parte de acuerdos cupulares, prácticas rancias de los vetustos partidos políticos, colmados del rechazo social a más no poder.
Finalmente, el resultado coloca a Movimiento Ciudadano y obviamente a Francisco Franco Soler como un actor central para las elecciones de 2027 y 2028. El partido naranja, pero sobre todo él, demostró que puede conectar con un electorado joven, harto del reciclaje político, y con ciudadanos que buscan proyectos frescos, sin el sello de los mismos de siempre.
EN LA BALANZA.- En Durango cada voto costó en promedio 234 pesos. Un sufragio caro, considerando que menos de la mitad del electorado participó y que, en municipios clave como la capital y Gómez Palacio, el abstencionismo rebasó el 60 por ciento. El contraste entre partidos también desnuda el despilfarro: el Partido Villista pagó 724 pesos por voto, y aun así no logró sostener su registro. Mientras tanto, los votos nulos superaron a tres partidos en competencia. El escenario evidencia una crisis doble: desconfianza ciudadana y sistemas partidistas que gastan más de lo que representan. Urge repensar el financiamiento público y exigir verdaderos resultados, porque hoy en la entidad, el voto no solo es caro, es también escaso y, en muchos casos, desperdiciado.
X: @Vic_Montenegro