
Avistamiento de jaguar en Durango podría activar monitoreo nacional, señalan investigadores
El reciente avistamiento de un jaguar en el municipio de Pueblo Nuevo, Durango, podría posicionar a la entidad dentro del mapa nacional de distribución de esta especie, integrado por 16 regiones del país, y así permitir su incorporación al monitoreo nacional cuyos datos se suman a la información global, regional y estatal.
México participa actualmente en un programa de conservación de gran relevancia, el Censo Nacional del Jaguar. Hasta ahora, Durango no ha sido incluido debido a la falta de reportes oficiales obtenidos mediante un programa de monitoreo sistemático y metodológico.
Investigadores del Instituto Tecnológico del Valle del Guadiana destacaron este avistamiento como un avance significativo para la conservación de la biodiversidad en Durango, al tratarse del primer registro obtenido a través de un proyecto interinstitucional que contempla la colocación de cámaras trampa en una zona de selva baja caducifolia del estado.
Si bien no es el primer avistamiento documentado de un jaguar en la entidad, sí es el primero realizado bajo este modelo de monitoreo científico.
Daniel de León Mata, uno de los investigadores del proyecto, explicó que esta iniciativa comenzó hace aproximadamente dos años, a partir del interés del organismo Arizona Game & Fish, de Estados Unidos, en coordinación con el Departamento de Vida Silvestre, la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente, y el Instituto Tecnológico del Valle del Guadiana.
“Nos sumamos a esta propuesta de colaboración mediante el uso de cámaras trampa, ya que contábamos con proyectos previos en esa área. Posteriormente, la Secretaría nos incluyó en un convenio de colaboración”, explicó.
Tras la formalización del convenio, Arizona proporcionó el equipo necesario para desarrollar el proyecto, cuyo objetivo es monitorear la fauna en distintas áreas, con especial énfasis en el jaguar, uno de los principales felinos de América, el más grande del continente y el tercero a nivel mundial.
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
El investigador Alberto Rodríguez Maturino señaló que la relevancia del proyecto radica en que el jaguar es una especie en peligro de extinción, lo que implica el riesgo de perderla si no se refuerzan las acciones de conservación.
Detalló que, de acuerdo con el último censo nacional en el que participaron 16 estados, se estima la existencia aproximada de 5 mil jaguares en todo el país, teniendo como principales bastiones la Península de Yucatán y la vertiente del Pacífico.
Es por eso que en Durango existe motivo para sentirse orgullosos de contar con la presencia de esta especie.
Indicó que, para que la especie salga de la categoría de peligro de extinción, se requeriría una población estimada de al menos 8 mil ejemplares.
“Todavía estamos por debajo de esa cifra, por lo que es indispensable extremar precauciones y reforzar las estrategias de protección”, subrayó.
Agregó que es necesario fomentar y gestionar más proyectos de conservación, con lineamientos claros para su protección, ya que lamentablemente el jaguar es una especie altamente buscada en el mercado negro para el tráfico ilegal.
COLOCACIÓN DE CÁMARAS
Para definir las zonas de colocación de las cámaras trampa, inicialmente se realizaron sondeos con personas que trabajan en campo, principalmente en el ámbito forestal, quienes aportaron información sobre avistamientos previos.
También se consideraron registros anteriores en áreas naturales protegidas, identificadas como sitios potenciales. Aunque en un inicio se contempló el municipio de San Dimas, por cuestiones logísticas se decidió instalar las cámaras en un ejido del municipio de Pueblo Nuevo, donde actualmente permanecen activas en 10 puntos.
El objetivo es aportar información científica y técnica a nivel nacional, evitando que los registros se limiten a observaciones aisladas o eventuales.
El ecosistema donde se registró el avistamiento corresponde a selva baja caducifolia, comúnmente conocida como la zona de las quebradas.
Además, existen reportes de avistamientos en Súchil, Mezquital, San Dimas, Otáez, Tamazula y Canatlán; en este último caso, resulta llamativo debido a que se trata de un bosque templado de pino.
El registro más cercano de un jaguar a la capital del estado se localizó a aproximadamente 80 kilómetros de distancia.
Las cámaras utilizadas cuentan con sensores de movimiento, por lo que solo capturan fotografías o video cuando detectan actividad, funcionando como un elemento permanente de monitoreo las 24 horas del día, los siete días de la semana, durante periodos prolongados.
La colaboración está proyectada a cinco años. Como antecedente, en el arranque del proyecto en la zona del Tecuán se obtuvo la imagen de un puma.

MONITOREO DE ESPECIES
En los primeros seis meses del proyecto se obtuvieron alrededor de 50 mil fotografías, de las cuales aún restan por revisar cerca de 40 mil, por lo que podrían registrarse nuevos avistamientos.
Alumnos del Instituto Tecnológico del Valle del Guadiana, Eric Chávez y Diego Saad, tesistas de licenciatura y maestría, son los encargados del análisis preliminar del material.
En este primer acercamiento se han identificado cinco de los seis grandes felinos: jaguar, puma, ocelote, tigrillo y gato montés; el único pendiente es el jaguarundi, también conocido como onza. Tanto el tigrillo como el ocelote se encuentran en categoría de amenaza.
Además, se han registrado otras especies como zorra, coyote, zorrillo, coatí y diversas aves.
El siguiente paso es depurar los registros y conformar un listado completo de las especies e individuos detectados.
Para fortalecer el proyecto, se buscará establecer asociaciones con ejidos interesados en participar, con el fin de ampliar el análisis y generar reportes integrales, especialmente en los municipios con registros confirmados.
SEGUIMIENTO DEL PROYECTO
El proyecto tiene objetivos ambiciosos. El primero fue confirmar la presencia de la especie; posteriormente, se busca estimar el tamaño poblacional del jaguar en Durango, identificar sus patrones de actividad y analizar su interacción con otras especies, competidores y presas.
“Nos interesa conocer qué factores están afectando a la especie. Sabemos que la fragmentación del hábitat y el conflicto con los humanos son las principales causas de su declive, y el conocimiento que se genere puede marcar el rumbo para su protección”, destacó Rodríguez Maturino.
Los investigadores esperan recibir más equipos de cámaras trampa con el apoyo de la institución estadounidense, y colocarlas en nuevas zonas, con la meta de conformar una red estatal de monitoreo de mamíferos, enfocada en el jaguar, que permita robustecer la información disponible.
Finalmente, expresaron su reconocimiento a todas las personas que han colaborado en el proyecto, entre estudiantes, ejidatarios, guías, instituciones, servicios técnicos forestales de Pueblo Nuevo, la Secretaría de Recursos Naturales, organismos de Arizona y para las personas que se vayan integrando por su interés.