
Rostro. Hombres y mujeres se dedican a este oficio, pues ya se ha diversificado a más ramas y gustos, siendo el sentido de la moda y la evolución de los peinados a lo que mayoritariamente deben adaptarse estas personas.
Entre uno de los servicios que aún es bastante demandado por la sociedad son las barberías, una tradición vigente desde hace mucho tiempo y a la cual las personas buscan adaptarse de acuerdo con las tendencias y las modas día con día, así como también las necesidades básicas de las personas.
Ahí es donde salta a escena Eliu Soto, barbero y estilista con poco más de 20 años de experiencia, quien detalla para El Siglo de Durango que, contrario a lo que pasa con la mayoría de sus colegas, él es la primera persona en su familia en dedicarse a este negocio: "Ellos dicen que no les gusta porque es un negocio muy duro, y sí, sí lo es".
"Yo comencé barriendo calles y haciendo varias cosas, hasta que llegué aquí. En mi casa siempre nos han enseñado a trabajar por lo que queremos, no simplemente pedirlo, entonces de ahí le vi la necesidad, hasta que le vi el gusto, me encanta mi trabajo", destacó Soto, quien afirmó que parte del negocio del barbero no es solo cortar barba, bigote, cabellos o incluso, no es tampoco solo la parte del estilista, y todo lo que conlleva este oficio.
"El barbero a veces trabaja como un psicólogo, al cliente le gusta ser escuchado y hablar, además que es bonito cuando uno ve que estos crecen. A veces ellos venían cuando estaban en secundaria y ahora traen a sus hijos, es bonito", concluyó Soto, cuyo negocio está ubicada en un reconocido marco del Centro de la ciudad.




