Capacidad de movilización en la elección judicial
Al momento de escribir estas líneas las casillas estaban en proceso de cierre, comenzaban los pronunciamientos de las dirigencias de las coaliciones de partidos contendientes en la elección local para proclamarse ganadores, de acuerdo con sus datos.
Los resultados de la elección local marcarán el panorama político de la última mitad del sexenio a nivel estatal, definiendo a quienes tendrán las mejores posibilidades de estar en la boleta para renovar el Poder Ejecutivo a nivel estatal.
Al cierre de las casillas todavía no se tienen los resultados que puedan confirmar los pronunciamientos de las dirigencias partidistas; al ser un proceso independiente de procesos federales, la participación será relativamente menor a estos, como históricamente lo ha sido, y al tener una fuerza política dominante a nivel federal será interesante ver los avances que tiene el régimen político a nivel nacional en un estado con un gobierno local emanado de un partido distinto.
En una de sus varias dimensiones, la elección a nivel local representa la validación por parte de la ciudadanía de programas y acciones por parte de los tres niveles de gobierno, los gobiernos municipales y estatal a nivel local y del gobierno federal a nivel nacional.
Los resultados de la elección ofrecerán indicios de la validación de los electores a la experiencia y conocimiento que tienen de las personas candidatas, a las acciones que han llevado a cabo los distintos niveles de gobierno y en este sentido será importante, cuando estén disponibles los resultados finales, si la población valoró en mayor medida las acciones y programas del régimen a nivel nacional, trasladando esta validación a sus candidatos, o si, por otro lado, mantuvo una opinión favorable de lo realizado por la coalición gobernante a nivel local, trasladando esa validación al votar por sus candidatos. Esto sin duda será importante rumbo a la renovación del Ejecutivo estatal en tres años más.
Como lo comenté la semana pasada, la elección local representa una etapa más en el ciclo político estatal, la elección con relevancia nacional, la de las personas candidatas a integrar el Poder Judicial a nivel federal y local será la que tenga más impacto en el día a día de los ciudadanos. Se ha comentado ya en esta columna la opinión de expertos respecto a la farsa que significa este ejercicio electoral, mal planeado e implementado, con un diseño institucional que con la elección de juzgadores elimina, en la práctica, el principio de independencia judicial y también los incentivos a los juzgadores para mejorar su técnica jurídica; con voto inducido por "acordeones", etc.
El día de hoy quiero comentar otra arista de la elección judicial, que es la capacidad de movilización del régimen político a nivel nacional. En este sentido será interesante ver los niveles de participación que tuvo la elección judicial, que osciló entre 12.57% y 13.31%. Sin embargo, este dato puede dar información relevante sobre la capacidad de movilización del régimen, su voto duro, la cantidad de personas que pueden movilizar en una elección. El sexenio pasado la renovación de mandato fue utilizada por el régimen para medir su capacidad de movilización; el resultado era de todos conocido. Lo importante era conocer el estado de los mecanismos de movilización del régimen.
De manera temprana en este sexenio, la elección judicial marca el primer ejercicio en este sentido; después vendrá el ejercicio de revocación de mandato, las elecciones de medio término a nivel federal, etc., todas ellas oportunidades para conocer el estado de la maquinaria electoral del régimen, además de la importancia intrínseca de que sus candidatos a los puestos de elección popular sean los ganadores.
X: @jesusmenav