
“Cuidar con amor, informar con ciencia y criar con el corazón”.
La Dra. Miriam Cervantes Huerta es una mujer apasionada por la medicina, comprometida con sus pacientes y profundamente agradecida por la oportunidad de acompañar a las familias en momentos tan importantes. Se describe como una persona cercana, empática y siempre dispuesta a enseñar y aprender.
Desde muy joven sintió un profundo interés por entender cómo funciona el cuerpo humano y cómo cuidar la vida. La pediatría la conquistó porque trabajar con niños, dice, es trabajar con esperanza: cada consulta es una oportunidad para sembrar salud desde el inicio. Durante su formación como pediatra descubrió la gran necesidad que existía en su estado de contar con profesionales capacitados para hacer diagnóstico y dar seguimiento a los problemas de corazón en los niños, y fue entonces cuando decidió especializarse en Cardiología Pediátrica.
ACOMPAÑAMIENTO
Para ella, acompañar a los pequeños y a sus familias en un proceso tan delicado como el cuidado del corazón es un verdadero privilegio. Escuchar, explicar y acompañar con empatía es tan importante como ofrecer el mejor tratamiento, asegura. Ser mamá también transformó su forma de ejercer la medicina, pues le permitió comprender más profundamente las preocupaciones y miedos de los padres. En cada consulta trata a sus pacientes como le gustaría que atendieran a sus propios hijos: con respeto, paciencia y cariño, además de acompañar a los padres en sus temores y brindarles tranquilidad.
EQUILIBRA SUS RESPONSABILIDADES
Ser madre, cardióloga pediatra y catedrática no es una tarea sencilla. La doctora reconoce que hay días en los que las cosas se complican, pero destaca que cuenta con una gran red de apoyo, encabezada por su esposo y su familia, quienes la ayudan a equilibrar sus múltiples responsabilidades. Aunque admite que el equilibrio no es perfecto, asegura que sí es posible cuando se trabaja con amor.
En su faceta como docente, disfruta enormemente ver el entusiasmo de los jóvenes médicos. Enseñar, dice, le permite compartir no solo conocimiento y experiencia, sino también la parte humana de la profesión: el compromiso y la empatía. “Enseñar es algo que disfruto de verdad”, afirma.

FORTALECER LA PREVENCIÓN
En cuanto a los retos de la cardiología pediátrica, la doctora Cervantes considera que el principal es lograr un acceso oportuno al diagnóstico y al tratamiento. Todavía hay muchos niños que llegan tarde a una valoración especializada. Además, insiste en la importancia de fortalecer la educación y la prevención desde etapas tempranas. “Y aunque sea difícil de decir, un gran reto es lograr que los pacientes lleguen a cirugía o cateterismo cuando lo necesitan.”
Cada niño, asegura, deja una huella. Sin embargo, recuerda con especial cariño a aquellos pacientes que, pese a los pronósticos difíciles, siguen adelante con una sonrisa. “Los niños son los pacientes más fuertes y resilientes que existen”, dice con admiración.
Su mensaje para los padres es claro “nunca deben subestimar los pequeños signos ni dejar pasar los chequeos preventivos”. El corazón también se cuida desde la infancia, con hábitos saludables, seguimiento médico y mucho amor.
Al final de la conversación, la Dra. Miriam Cervantes Huerta resume su vocación en una frase que refleja perfectamente su espíritu “Cuidar con amor, informar con ciencia y criar con el corazón.”
FB: Dra Miriam Cervantes Cardiologa Pediatra
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