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Cuando el alma duele: comprensión, luz y esperanza más allá del suicidio

Cuando el alma duele: comprensión, luz y esperanza más allá del suicidio

Cuando el alma duele: comprensión, luz y esperanza más allá del suicidio

VANESSA BARDÁN PUENTE

Hablemos del suicidio visto desde una perspectiva espiritual, energética y kármica. El suicidio se percibe como una transición muy delicada y compleja para el alma.

El alma llega a la vida con un plan, lecciones y experiencias que debía vivir. La Interrupción del propósito de vida, deja aprendizajes pendientes y un "proceso inconcluso" que el alma necesita retomar en otra dimensión o en otra vida.

Desde lo espiritual, cuando alguien se suicida, visto desde el alma, interrumpe su aprendizaje vital. El alma elige nacer con ciertas experiencias para evolucionar. El suicidio puede interrumpir este proceso, dejando lecciones importantes pendientes.

A nivel del alma, puede haber una sensación de desconexión o incompletitud, confusión, dolor interno, desorientación o estancamiento, persistente. Puede sentirse atrapada entre el plano físico y el espiritual, sin comprender del todo lo que ha sucedido, porque no se termina el ciclo de la experiencia de vida.

Después de la transición, el alma puede necesitar acompañamiento espiritual, comprensión y guía para procesar su partida y encontrar equilibrio. Aunque ya no esté en el cuerpo físico, conserva la energía del sufrimiento que sentía en vida, uno llega a la otra dimensión con su mismo estado de conciencia.

Desde el karma. Cada acción genera karma, es la energía de causas y consecuencias, y el suicidio puede generar un karma especial relacionado con auto aceptación, respeto por la vida y aprendizajes sobre la gestión del dolor.

El karma puede manifestarse en futuras vidas como oportunidades de trabajar lo que quedó inconcluso, ya sea sobre relaciones, emociones o lecciones internas.

El suicidio también puede crear karma en el entorno cercano, afectando a familiares y personas vinculadas emocionalmente, quienes experimentan dolor, culpa o confusión por generaciones enteras.

Las experiencias que quedaron inconclusas no se pierden; se reprograman para que el alma pueda trabajarlas más adelante. Por eso muchas tradiciones hablan de que el alma "queda atrapada" temporalmente, hasta que procesa su transición y continúa evolucionando. La acción del suicidio no es un "castigo", sino un desfase en el camino evolutivo, el alma tiene que reorganizar su aprendizaje y reconciliar su experiencia de dolor.

Desde lo energético. El alma queda en un estado de transición más delicado que en muertes naturales; puede haber confusión, tristeza y búsqueda de luz para guiarse. Apegos y energías densas: Si había mucho sufrimiento emocional o resentimiento, estas energías pueden quedarse alrededor del alma hasta que encuentre liberación.

Los rituales de despedida, oraciones, meditación o canalización pueden ayudar al alma a encontrar paz y a disolver energías densas.

Algunas enseñanzas dicen que el alma siente el tiempo de manera diferente; puede "experimentar" un vacío equivalente a los años que le faltaban de vida, pero no es un reloj literal como en el plano físico.

Es más bien un espacio energético de duelo y aprendizaje pendiente. El alma no muere ni se destruye, pero puede permanecer en un estado de sufrimiento equivalente al tiempo que quedó sin vivir, hasta que logra soltar y reconectar con su camino evolutivo. No es un tiempo físico exacto, sino una medida de proceso energético y emocional pendiente.

El suicidio no es un "castigo" automático, sino un evento que deja un tránsito más delicado para el alma, karmas pendientes y energías densas a nivel emocional y espiritual.

La vida es un regalo sagrado, y cada experiencia tiene un propósito para el crecimiento del alma. Cuando el dolor abruma y sientes que no hay salida, sepan que no están solos, toda la existencia los acompaña, incluso cuando parece que la luz se apaga.

El suicidio no destruye el alma, pero interrumpe el flujo natural de aprendizaje y amor que vinieron a experimentar. Por ello, es importante que busquen ayuda, hablen, compartan su dolor, y permitan que otros les sostengan la energía.

Cada ser humano tiene el poder de transformar su sufrimiento en sabiduría y compasión. Honren su vida como un camino sagrado y permitan que la luz que habita en ustedes guíe cada paso, incluso en los momentos más oscuros.

Recuerden siempre: hay esperanza, hay acompañamiento y hay infinitas maneras de sanar.

Escrito en: Cariñoterapia alma, suicidio, vida, sufrimiento

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