
Caso Carlos Emilio: a un mes de su desaparición, la CEDH investiga omisiones de la autoridad
Este miércoles 5 de noviembre se cumple un mes de la desaparición de Carlos Emilio Galván Valenzuela, joven duranguense de 21 años, visto por última vez dentro del bar Terraza Valentino, en la Zona Dorada de Mazatlán.
Treinta días después, su familia continúa sin información clara sobre su paradero, mientras la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) abrió una investigación por presuntas omisiones de autoridades.
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Una investigación por inacción
La presidenta de la CEDH Sinaloa, Alma Lilia López Camacho, confirmó que el organismo inició un expediente de oficio para analizar el actuar de las dependencias estatales involucradas en el caso, especialmente de la Fiscalía General del Estado, señalada por la familia por haber tardado más de veinte días en realizar el cateo del establecimiento donde el joven fue visto por última vez.

El procedimiento busca determinar si se vulneraron los derechos de la familia a la verdad, justicia y acceso a la información, así como la debida diligencia en la búsqueda de personas desaparecidas. La investigación incluirá entrevistas a personal ministerial y revisión de las actuaciones judiciales desde el día de los hechos.
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Silencio y frustración
Durante estas cuatro semanas, los familiares de Carlos Emilio han sostenido que las autoridades no les han informado avances ni líneas de investigación concretas. Aseguran que, pese a las marchas realizadas en Durango y Mazatlán, el caso sigue detenido entre declaraciones y promesas.
Brenda María Valenzuela Gil, madre del joven, ha expresado en distintos mensajes que el silencio institucional “es una forma de revictimización” y que el tiempo perdido puede haber sido clave para localizarlo con vida. “No hay cámaras entregadas, ni testimonios de empleados, ni rastreo de los teléfonos que estaban dentro del lugar”, ha denunciado públicamente.
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Un mes sin claridad
Carlos Emilio acudió con dos primas a Terraza Valentino la madrugada del 5 de octubre. Según los testimonios, alrededor de las 2:30 de la mañana se dirigió al baño y ya no volvió a salir. Desde entonces, ninguna autoridad ha informado si las cámaras del bar fueron revisadas o si existe una hipótesis firme sobre su desaparición.
El establecimiento, operado por socios vinculados a un exfuncionario estatal, fue cateado el 25 de octubre por la Fiscalía de Sinaloa, pero no se ha dado a conocer ningún resultado oficial del operativo.
Exigencia de verdad
A un mes de distancia, la familia mantiene la búsqueda por cuenta propia y ha solicitado que la investigación sea atraída por instancias federales. La madre del joven insiste en que “no hay voluntad ni transparencia” y que la intervención de la CEDH representa la única señal de esperanza institucional hasta ahora.
“Queremos saber qué hicieron con mi hijo, qué pasó dentro de ese lugar. No pedimos privilegios, pedimos verdad”, reiteró Brenda Valenzuela en sus más recientes declaraciones.
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El caso de Carlos Emilio se suma a otros reportes recientes de desapariciones de jóvenes en bares y zonas turísticas de Mazatlán, lo que ha generado preocupación entre colectivos y organizaciones locales. La CEDH mantendrá abierto el expediente mientras analiza si recomienda sanciones o medidas correctivas a las autoridades estatales.