
Cómo leer un menú
En estos tiempos de incertidumbre mundial, los parroquianos que vamos a generar PIB a un restaurante con nuestro gasto tenemos la alternativa, y ya lo hacemos hasta sin pensar; tomamos nuestro menú de comidas y si andamos con el presupuesto bajo, leemos solo la parte derecha (desde nuestra posición) , la de los precios, y ahí elegimos algo de lo más económico.
Al contrario, si andamos bien económicamente, con trabajo y perspectivas de un futuro prometedor, pues nos damos el lujo de leer la parte izquierda, donde se muestran los alimentos. Ya los hijos, cuando los llevamos a comer fuera, te preguntan: ¿hoy somos de izquierda o de derecha? Para saber si piden una hamburguesa o un sirloin, cerveza o agua de horchata. Los izquierdosos aumentan a principios de quincena y los de derecha se recuperan al final.
Pues ¿qué no es al revés? Los gobiernos de izquierda aumentan proporcionalmente a sus simpatizantes al repartirles apoyos sociales, que no duran mucho, pero que leen el menú del lado de las alternativas de comida, y que, al agotarse, se vuelven críticos y se manifiestan en las calles pidiendo siempre más recursos. Y los de derecha (los más amolados) siguen viendo los precios. El menú nos muestra a los riquillos de izquierda y a los pobres de derecha. Observen cuando vayan por unos tacos.
¡Qué complicado eso de definirnos por una dirección! (izq-derecha). Para mí, la mejor izquierda en México, según un mensaje que recibí en las redes sociales, y concuerdo, dice que aún nadie, ni persona ni régimen, la supera: es la izquierda de Fernando Valenzuela, el toro de Echohuaquila, pitcher mexicano de los Dodgers y próximo a ingresar al Salón de la fama del Beisbol.
Como breviario cultural, y consultado en la Encyclopaedia Britanica, los términos izquierda y derecha en política tienen su origen en la Revolución francesa (1789), cuando los partidarios del rey Luis XVI de Francia se sentaban a la derecha en la Asamblea Nacional, mientras que los revolucionarios lo hacían a la izquierda. Desde entonces, estas categorías han evolucionado y se han adaptado a distintos contextos históricos y geográficos. Bipolarización desde entonces, y es entendible. Nadie es monedita de oro. Hoy en día, nuestra brújula política, económica y social da mas vueltas que una rueda de la fortuna de feria y a velocidad de la luz al cuadrado, como en la fórmula de energía de Einstein (E=mC2).
"Yo soy socialdemócrata", me presumía un colega. "Yo, demócrata cristiano", me decía otro. "Yo, comunista, socialista, trumpista", etcétera, etcétera. Al preguntarles qué significa eso, ninguna respuesta me dejó satisfecho. Yo por eso solo soy americanista.
Más allá de direcciones y lecturas de menús, ¿en qué dirección deberíamos ir para superar las metas de bienestar? Tenemos un PIB/persona en México igual al que teníamos en 2017: 44 millones de compatriotas no tienen acceso a servicios de salud y la generación de empleos formales solo aumenta con los motociclistas repartidores de comida de plataformas; empleos que ya existían, pero eran informales. De todos modos, su incorporación a la formalidad es extraordinaria. Felicidades, pero de 1.5 millones de motociclistas solo 200 mil ganan más del mínimo , y los otros, pues aún están en lista de espera para tener todos los servicios del IMSS. ¿Nos ayudará una buena negociación con nuestros socios comerciales?
Claro. Vamos a tomar la dirección T-MEC, que ahora (y solo ahora), parece, nos espera con condiciones más favorables; en USA se recupera el partido demócrata pro-T-MEC. Las elecciones de allá son el 2026, justo cuando se revisa el tratado y la popularidad del presidente republicano, que nos acosa , cae. Nosotros estamos (casi a fuerza) componiendo nuestras "descomposturas" para crear el futuro que necesitamos con este tratado. Hay chance.
Ánimo.