
Complicaciones
Imposible no percibir la paradoja que caracteriza al gobierno y al México de hoy. Por un lado, tenemos un gobierno que busca (¿y requiere?) del apoyo y la unidad de la población ante un gran reto del exterior. Por el otro, se trata de un partido y gobierno que nació, creció y vive de la división, la polarización y el denuesto sistemático de todo lo que no es Morena. Si a eso se agrega el conjunto de legislaciones, enmiendas constitucionales, destrucción de instituciones clave y el creciente monopolio excluyente del poder, no queda más que preguntar ¿cómo, en ese contexto, pretender la unidad nacional o el desarrollo?
La escena recuerda la frase lapidaria con que Barbara Tuchman inicia su famoso libro La marcha de la locura: "Un fenómeno que puede notarse por toda la historia, en cualquier lugar o período, es el de gobiernos que siguen una política contraria a sus propios intereses". El libro analiza errores garrafales de un gobierno tras otro desde Troya hasta Vietnam donde el común denominador es la incapacidad de desarrollar políticas idóneas a las circunstancias. Movidos por ideología, prejuicios, mala información o cualquier otro sesgo, estos gobiernos resultan incapaces de comprender las circunstancias que enfrentan, llevándolos a caer en equivocaciones aberrantes que minan sus propios objetivos e intereses. Así, concluye Tuchman, "Si proseguir la desventaja después que ésta se ha hecho obvia resulta irracional, entonces el rechazo de la razón es la primera característica de la locura".
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