Con muestra colectiva en el Museo Francisco Villa, niñas y niños cuentan cómo es Otinapa
Este pasado viernes se inauguró en el Museo Francisco Villa una exposición que nace del trabajo comunitario y la creación colectiva. Se trata del resultado de un proyecto fotográfico liderado por el fotógrafo duranguense Octavio Zaldívar, quien desde hace tiempo ha impulsado actividades artísticas en la comunidad de Otinapa, situada al oeste del estado.
La muestra, compuesta por imágenes realizadas mediante técnicas de fotografía estenopeica, exhibe la mirada de niñas, niños y jóvenes del poblado, quienes no solo participaron en talleres básicos, sino que también exploraron un nivel más avanzado de creación visual.
El reflejo de un entorno
A través de cámaras, los participantes capturaron su entorno, su historia y sus memorias. Cada imagen va acompañada de una anécdota o contexto que revela la riqueza del patrimonio material e inmaterial de Otinapa.
“La fotografía estenopeica permite a los niños vivir la magia de capturar y revelar sus propias imágenes. A través de este proceso, buscamos que reconozcan su comunidad y su historia”, comentó Octavio Zaldívar sobre este trabajo. “Realizar este proyecto fue muy satisfactorio, ya que llevamos tiempo trabajando en esta comunidad con diferentes actividades”, añadió.
Este proyecto de intervención comunitaria tuvo como objetivo fortalecer el sentido de pertenencia en Otinapa y promover el intercambio generacional.
Las sesiones de fotografía se llevaron a cabo con alumnos de la escuela primaria Fermín F. Núñez, quienes aprendieron desde los principios básicos de la fotografía analógica hasta la composición, la narrativa visual y técnicas más complejas como las dobles exposiciones, primeros planos y registro de movimiento.
Muestra colectiva
La exposición también integra el trabajo de los fotógrafos Daniel Aldaba, Gabriela Arreola, Gilberto Anderson, Oliver Anderson, Andrea Castañeda, Yessica Ríos, Daniel Torres, Ilse Trujillo y el propio Zaldívar.
Otinapa, un lugar con memoria
Ubicada a 53 kilómetros de la capital duranguense, Otinapa es una comunidad enclavada en el bosque, con puentes, miradores, antiguas construcciones y cabañas que en los últimos años ha volcado parte de su actividad hacia el turismo de aventura.
Sin embargo, también enfrenta el deterioro y abandono de parte de su infraestructura, debido en gran medida a la migración de sus habitantes a zonas urbanas.
Edificios como la antigua estación del ferrocarril, la iglesia, la exadministración de correos y las bodegas de CONASUPO todavía permanecen en pie y son testigos del pasado del poblado.
Por todo ello, la intervención artística liderada por Zaldívar busca precisamente rescatar estos elementos mediante la mirada de las nuevas generaciones.
Además de las imágenes, la muestra ofrece una experiencia inmersiva en la cotidianidad del poblado. Desde la vida escolar hasta las tradiciones culinarias, como las gorditas de maíz azul o el pan de horno con calabaza.
La exposición permanecerá abierta al público en el Museo Francisco Villa por al menos un mes.