
Medida. La OMS aconseja un consumo, esto con la finalidad de mantener una dieta baja en sodio.
La sal es un condimento básico en la cocina de todo el mundo, pero su consumo en exceso representa un riesgo silencioso para la salud.
Esto para nada es nuevo, pues en la última década mucho se ha hablado de las consecuencias que puede traer para la salud el consumirla sin medida.
Y aunque el cuerpo necesita sodio para funcionar correctamente, ya que ayuda a regular los líquidos, el funcionamiento muscular y la transmisión nerviosa, lo cierto es que las cantidades que se consumen normalmente superan con creces lo recomendado por los expertos.
¿Cuál es la medida?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un consumo máximo de cinco gramos de sal al día, lo que equivale a aproximadamente una cucharadita rasa.
Sin embargo, en muchos países, la ingesta promedio diaria puede llegar a duplicar esta cantidad, debido al alto contenido de sal en alimentos procesados, enlatados, embutidos, snacks, panes industriales y comidas rápidas.
El exceso de sal está relacionado con presión arterial alta, uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.
También puede afectar la función renal y estar vinculado con enfermedades del corazón incluso en personas jóvenes.
Y entonces ¿cómo reducirlo? Hay que evitar agregar sal a la comida ya servida, sobre todo si se hace antes de tan siquiera probarla.
De igual forma se recomienda cocinar con hierbas, especias naturales, ajo, cebolla o limón para dar sabor y así dejar de lado la sal o para no priorizarla.
Se recomienda leer las etiquetas para elegir productos con bajo contenido de sodio y finalmente, preferir alimentos frescos frente a los procesados.
El saber la medida recomendada y ajustar algunos puntos importantes en la dieta puede mejorar la salud y evitar problemas graves a futuro.