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De pena ajena

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FERNANDO RAMÍREZ GUZMÁN

La consultora política y columnista Verónica Malo Guzmán publicó en su espacio, en El Heraldo de México, la semana pasada, que asistió el día 7 de junio a la conmemoración del 86 aniversario luctuoso de Francisco Sarabia, en el museo que honra la memoria del célebre piloto aviador, en Lerdo, Dgo. Lo que debió de haber sido una fecha de celebración se convirtió en un día triste para la familia del distinguido lerdense, al percatarse que varias de las pertenencias que han ido donando al museo han desaparecido.

Lamentablemente, en nuestro estado no han sido pocos los casos de vandalismo en contra de nuestro patrimonio histórico o escultórico. El robo de la espada original, de bronce, de Guadalupe Victoria, o el del busto de Carmen Serdán, en la Plaza Vizcaya, las placas conmemorativas del 450 aniversario de Durango montadas sobre la banqueta en bulevar Felipe Pescador, entre Patoni e Hidalgo, la vandalización de esculturas en el Paseo de las Alamedas, por citar solo algunas. Mayra Sarabia Huidobro, nieta de Francisco Sarabia, quien fue la que invitó a Verónica Malo al evento conmemorativo, fue, además, quien se percató del faltante de algunos objetos de su abuelo que ella misma se ha encargado de ir donando al museo. También se pudo percatar que la máscara mortuoria de bronce del personaje fue pintada con pintura dorada, dañando a tan preciado objeto. Para este aniversario luctuoso, por cierto, Mayra donó una brújula de bronce que pertenecía al afamado piloto.

Para conocer más sobre la vida y obra del prócer lerdense recomiendo el notable y bien documentado ensayo de mi maestra Laura Orellana Trinidad ("Francisco Sarabia y el encuentro de su vocación aeronáutica", Revista Acequias, número 78, 2019), que con su prosa fluida aporta, además de datos biográficos, los motivos del porqué abrazó a la aviación como su máxima pasión y destino.

Francisco Sarabia Tinoco fue considerado, en su momento, "héroe nacional". De entre sus hazañas destacan los récords de aviación: California - CDMX (6 horas 26 minutos), CDMX - Quintana Roo (2 horas 33 minutos), CDMX - Guatemala (3 horas), CDMX - Nueva York (10 horas). En 1930, tramitó ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes un permiso para romper el récord de permanecer más tiempo en el aire, pero, por alguna razón, no prosperó. Cuando intentaba realizar su quinto vuelo de resistencia, el 7 de junio de 1939, el avión monoplano Gee Bee R-6H, matrícula XB - AKM, bautizado como "El conquistador del cielo", se desplomó a los pocos minutos del despegue en un afluente del río Potomac. Ese día, El Siglo de Torreón cabeceó en su primera plana: "Francisco Sarabia volará hoy de Washington a La Laguna". Ante la desgracia, el gobierno mexicano le rindió honores. Se dispuso que sus restos salieran de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hacia el Zócalo capitalino, se hicieron repicar las campanas de la Catedral Metropolitana en su honor y se le impuso, post mortem, la medalla al mérito aeronáutico "Emilio Carranza". Después de una hora, el cortejo fúnebre se dirigió hacia la última morada de Sarabia, La Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón Civil de Dolores, en medio de una lluvia de flores que ciudadanos arrojaban sobre el ataúd, para convertirse en el segundo lagunero que alcanza tal distinción.

La grandeza de este personaje demanda que las autoridades municipales de Lerdo, el Director del Museo Francisco Sarabia y las autoridades del Gobierno del Estado de Durango hagan lo posible por recuperar las pertenencias de este distinguido lerdense para el disfrute de la ciudadanía y preservar la memoria de tan insigne personaje. Y un llamado a respetar nuestro patrimonio histórico. Es tarea de todos.

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Escrito en: Contraluz Sarabia, CDMX, Francisco, Sarabia,

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