
Habitantes. Entre la comunidad de Santa María de Ocotán y sus anexos viven unas 20 mil personas.
Habitantes de la comunidad indígena Santa María de Ocotán, en el municipio de Mezquital, se encuentran preocupados porque, sin haber recibido algún beneficio, ahora enfrentan una deuda de 12.5 millones de pesos.
Para liquidar esa deuda, los comuneros tendrían que pagar aproximadamente mil 700 pesos cada uno, una carga que no están dispuestos a asumir. La deuda fue adquirida por la mesa directiva de Santa María de Ocotán 2022-2025, "en beneficio propio, y no de la comunidad".
Se señala que las personas que solicitaron el préstamo con empresas madereras particulares son quienes deben hacerse responsables de la deuda.
Los habitantes denuncian que el préstamo no fue autorizado por la comunidad. Según testimonios de los pobladores, el dinero se utilizó para adquirir camionetas de uso personal y otros bienes, gasto del que no se rindieron cuentas.
QUIEREN EVITAR LA TALA
Con la entrada de la nueva mesa directiva de Santa María de Ocotán 2025-2028, se dio a conocer la problemática en la que se encuentran y las propuestas de solución, las cuales tampoco han sido bien recibidas por los habitantes.
La primera propuesta de la nueva mesa directiva es que cada habitante pague entre mil 400 y mil 700 pesos para liquidar la deuda total.
La otra opción, que preocupa aún más a la comunidad, es que se aplique el permiso de manejo forestal para la tala de árboles.
Aunque la comunidad tiene el permiso de aprovechamiento forestal por 12 años, avalado por dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), los habitantes se han opuesto a la tala debido a que se ha realizado de manera desmedida y sin regulación; además, sin que ellos hayan visto ningún beneficio.
La población organizada ha cerrado en varias ocasiones el paso a camiones cargados con madera y maquinaria para evitar que la tala continúe, ya que consideran que el Plan de Manejo Forestal ha sido contraproducente y no ha generado acciones de conservación de los recursos.
Se realizará una próxima asamblea comunitaria en la primera o segunda semana de septiembre, donde, según se informa, se intentará influir en los habitantes para que aprueben la tala de árboles como una forma de pagar la deuda.
