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Desabasto sin fin

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FERNANDO RAMÍREZ GUZMÁN

El problema del desabasto de medicamentos ha sido un problema crónico que ha padecido la 4T, desde tiempos de López Obrador. Al día de hoy, todo hace suponer que no han entendido cómo hacer bien las adquisiciones y gestionar un buen reparto para poner fin de una vez por todas al desabasto de medicamentos. El pasado mes de abril, la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno (SABG) anuló la licitación para adquirir 3,900 claves de medicamentos e insumos, lanzada en noviembre por 250,000 millones de pesos, señalando corrupción tras detectar sobreprecios de entre 13,000 y 15,000 millones de pesos en el 6% de las claves.

En el año 2019, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, desmanteló el existente modelo de compra consolidada, que con todo y sus fallas mantuvo un buen nivel de abasto de medicamento desde el año 2014 y que generó ahorros históricos. Se intentó generar un nuevo modelo "megaconsolidado", encabezado por la Secretaría de Hacienda, que lo centralizó y lo separó del proceso de distribución, que coordinaban anteriormente las farmacéuticas y quedó en manos del Estado.

Luego, en el 2020 se dio la alianza con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). Tras los fallidos resultados que arrojó esta vía, se decidió encargar al Insabi el tema de la compra y distribución. Nacido el 1 de enero de 2020 el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, con el que se desapareció el Seguro Popular, resultó ser un estrepitoso fracaso. La misma mayoría morenista que lo creó lo extinguió en menos de dos años. Finalmente, un último intento de la pasada administración federal por recomponer el tema del desabasto fue la creación de la llamada Megafarmacia, que, al igual que los otros modelos, sin estudios técnicos, financieros o administrativos que justifiquen la viabilidad del proyecto, resultó también un gran fracaso. Las grandes instalaciones de tan colosal elefante blanco son el monumento a la ineptitud y al desabasto de medicamentos.

Al inicio del sexenio de Claudia Sheinbaum fue encomiable el intento del subsecretario Eduardo Clark por resolver el tema, pero al parecer siguen sin encontrar la orilla y es la hora en que su modelo no ha sido funcional para garantizar el abasto. El proceso está empantanado en un ciclo de tropiezos, irregularidades y justificaciones que ya nadie entiende. El funcionario dejó en manos de Birmex, empresa del Estado encargada de producir vacunas, la megacompra de medicamentos 2025 - 2026 la cual fue anulada, dejando entrever, además de la evidente corrupción, incapacidad e ilegalidad. La esperanza que suscitó el arranque y las intenciones de Eduardo Clark de a poco se desvanecen en la industria farmacéutica. El modelo "innovador" que garantizaba el abasto para marzo de 2025 se fue atorando y la credibilidad en el Subsecretario de Salud se desploma. Los ocho meses de pifias, retrasos y opacidad han profundizado el gran problema de desabasto, dejando a los pacientes en una espera que parece no tener fin. Resolver este problema será uno de los principales puntos a atender de parte de la actual Administración Federal. La crisis del desabasto y del sistema de salud pública del país son solo algunos de los motivos del porque se desconoce el paradero de Ya Saben Quién.

Es el único expresidente de México del que se desconoce su ubicación. Porque no está en La Chingada, como prometió.

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