Durango, la tierra del cine… con menos cines en todo México
Reconocido como escenario de grandes películas nacionales e internacionales, el estado vive una paradoja: es “la tierra del cine” que menos cines tiene en todo México. De acuerdo con datos recientes, apenas 11 complejos cinematográficos con 74 pantallas dan servicio a más de 1.8 millones de habitantes, lo que significa que cada sala cubre, en promedio, casi 25 mil personas.
Crece la economía, pero no la oferta cultural
La economía duranguense ha mostrado dinamismo. En 2023 su Producto Interno Bruto (PIB) nominal superó los 411 mil millones de pesos, con un crecimiento real aproximado de 3.1 %, según el INEGI. Sin embargo, ese avance económico no se refleja en la infraestructura cultural: la oferta de salas de cine prácticamente no ha crecido en los últimos años.
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Diez años de altibajos y cierres
Durante la última década, la oferta cinematográfica en la capital de Durango ha enfrentado cierres significativos. En 2020, Cinépolis Plaza Alacrán dejó de operar y la sala “Vaquero” de Citicinemas cerró de forma definitiva, presionadas por la baja rentabilidad y el impacto de la pandemia. A esto se suma la creciente competencia de las plataformas de streaming, que reducen la afluencia a las salas físicas. Aunque el PIB estatal mantiene un crecimiento estable, estos casos reflejan que el consumo cultural no avanza al mismo ritmo que la economía.
Doblaje vs. subtitulado: una dimensión poco explorada
A nivel nacional, cerca de tres de cada cuatro espectadores prefieren ver películas dobladas al español, frente a menos de una quinta parte que elige subtítulos. Si bien no hay cifras locales publicadas, las características de Durango —población dispersa, menor exposición al inglés u otros idiomas y oferta limitada de funciones subtituladas— sugieren que la inclinación por el doblaje podría ser incluso más marcada que el promedio nacional.
Esta tendencia impacta la diversidad de títulos que llegan a las carteleras, pues distribuidoras y complejos privilegian las versiones dobladas para asegurar mayor afluencia, reduciendo la presencia de cine en idioma original o de corte independiente.
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Un desafío para el acceso cultural
La escasez de salas no solo restringe el entretenimiento de fin de semana: también limita la formación de públicos y la difusión de cine mexicano e independiente, dificultando que la población tenga acceso a una oferta cultural amplia.
Especialistas apuntan a que la solución podría pasar por incentivos fiscales, salas modulares o proyectos comunitarios, que acerquen el cine a más municipios y permitan que Durango deje de ser la “tierra con menos cines” del país.