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El futuro político del Doctor Enríquez

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El futuro político del Doctor Enríquez

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JORGE PÉREZ ARELLANO

Me tocó entrevistarlo por primera vez allá por 2011, cuando Movimiento Ciudadano apenas emergía como un partido político con presencia en Durango. En ese entonces era el Presidente Estatal del partido, pero se me quedó grabada una frase suya en aquella entrevista: "Yo voy a ser Gobernador de Durango".

Dicha declaración me pareció en exceso en ese entonces, pues MC apenas sonaba, pero me quedó claro que Enríquez Herrera tenía esa meta política bien fija. Después lo llegué a tratar como oftalmólogo y me tocó ser testigo del turismo médico que provocaba, pues en su consultorio lo visitaban pacientes de todas partes del país, quienes pagaban estadía en la ciudad para ser atendidos por uno de los mejores en su campo. Ni qué decir de las miles de operaciones gratuitas que hacen él y su familia para personas de escasos recursos.

Después vino su primera derrota por la alcaldía, en 2013, bajo las siglas de MC y frente a Esteban Villegas. En 2016 tuvo su revancha y bajo la alianza PAN-PRD venció a Manuel Herrera. Ahí empezó con un ciclo de malas decisiones que hasta hoy en día sigue repitiendo sin darse cuenta: rodearse de malos elementos.

Su administración municipal estuvo plagada de personajes que no tenían capacidad para tomar decisiones de Gobierno. Algunos dicen que se debe a que no es fácil seguirle el ritmo y otros a que no aguantan su carácter. Si Enríquez Herrera tiene un gran prestigio como médico especialista, se debe a su constancia, conocimiento y disciplina, pero en política depende mucho de quiénes te acompañen y puedan ejecutar las decisiones.

Algunas ocasiones intercambiamos puntos de vista sobre mis críticas en redes sociales a las malas decisiones de sus funcionarios en esa administración municipal, jamás como un reclamo, sino como retroalimentación, pero me quedaba claro que siempre trataba de justificarlos y cobijarlos a pesar de las evidencias.

En 2018 se fue a la Ciudad de México para cumplir con su encomienda como Senador, pero ya por Morena. Seguí viéndolo intermitentemente como su paciente y en las pocas ocasiones que lo trataba personalmente por su apretada agenda de trabajo, siempre estaba rodeado de decenas de personas, que dificultaban una sencilla plática pues lo interrumpían con mensajes de celulares, recados, llamadas, etc. Su entorno había cambiado.

Esas pocas ocasiones que pudimos platicar sobre cómo iban las cosas en la política, me seguía repitiendo lo mismo que la primera vez que lo entrevisté: "Yo voy a ser Gobernador". Ya no me parecía tan descabellado como la primera vez. Era evidente que tenía buenas relaciones con la plana mayor de la 4T y sus resultados en Puebla, como coordinador de campaña de Alejandro Armenta, le sumaban puntos.

Entonces en 2021 las encuestas de Morena lo perfilaban como el más conocido para obtener la candidatura a la gubernatura de Durango, muy por arriba de Marina Vitela, pero la dirigencia de Mario Delgado se la quitó y eso despertó la ira del Doctor, llevando su protesta a la capital del país sin éxito alguno.

Así que, cuatro años más tarde, Morena le ofrecía el camino para la meta que tanto anhela: ganar la alcaldía y en tres años más la tan ansiada gubernatura. Se impuso en la interna a Iván Gurrola y recibió todo el apoyo de la 4T, incluido el hijo de López Obrador, quien hasta cambió de residencia temporal con tal de apoyarlo para arrebatarle al PRIAN la capital.

Los resultados ya los sabemos. Un tercer lugar que recibió como baldazo de agua fría para su carrera. Y una vez más, consecuencia del pésimo equipo de trabajo que conformó. Desde sus "asesores", "consultores" y hasta sus "operadores", personas que lejos de hacerle ver sus errores se dedicaban a mentirle sobre cómo iba la campaña y a minimizar los errores.

Claro que el Doctor también tiene gran responsabilidad en el resultado adverso, pues por lo que se vio nunca detectó los puntos débiles de su campaña, creyó en las encuestas falsas que le presentaron y con tantos frentes abiertos nunca tuvo a colaboradores eficaces que pudieran resolverle las crisis que enfrentó.

Su futuro político ahora se ve más complicado. Dos derrotas en la capital y un Gobierno Municipal que dejó muchos pendientes y mal sabor de boca. Quienes lo conocen saben que difícilmente se va a dar por vencido, aunque ahora dependerá mucho del respaldo que su partido le pueda o quiera dar.

Hay quienes ya dan por muerto -electoralmente hablando- al doctor Enríquez. Pero si no es así e insiste en buscar una nueva oportunidad, le urge volver a las bases de aquel oftalmólogo que se propuso trasladar su altruismo médico a decisiones de Gobierno... O usted, ¿qué opina?

Twitter (X): @jperezarellano

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES primera, pues, decisiones, médico

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