
El 'panteón de los ricos y pobres'
Durante décadas, en la periferia de la ciudad existió un pequeño panteón dividido de manera informal entre "ricos" y "pobres". No era un cementerio monumental ni tenía criptas de mármol: era más bien un espacio comunitario donde las familias sepultaban a sus muertos según lo que podían pagar y es que, en aquellos tiempos, se separaba a los difuntos dependiendo del dinero que dieran, lo que generaba una clara división de clases sociales incluso después de la muerte.
Hoy por hoy, este ya no existe. En su lugar, opera un taller mecánico que pocos imaginarían que está montado sobre un terreno funerario. Con el paso de los años, muchas familias dejaron de visitar las tumbas y otras fueron trasladadas a panteones más grandes. Sin embargo, no todos los restos fueron exhumados. Aún se desconoce cuántas sepulturas quedaron bajo el suelo que ahora ocupan rampas y pistones hidráulicos.
Hoy día, el taller no abarca todo el inmueble, y es que hay cuartos y accesos que simplemente no han habilitado para su uso. Aunado a ello, se consultó con el personal que trabaja ahí y comentan que la vibra va cambiando dependiendo de la zona en la que estén, y afirman que siempre es "más pesada".
"Uno pasa y ni te imaginas lo que había ahí", comenta una habitante que asegura haber visto las últimas cruces antes de que las retiraran.
La historia de este panteón convertido en taller mecánico deja en evidencia cómo la memoria urbana puede diluirse sin resistencia.
El verdadero nombre
Si bien el "panteón de los ricos y pobres" era su nombre coloquial, su verdadera era Panteón de Santa Ana.
Estructura
En el interior del inmueble, aún hay partes originales de la estructura original.
Un lugar con historia
Hace algunos años, al igual que a otros proyectos, se le otorgó la placa conmemorativa de "Monumento Histórico" durante el 450 aniversario de la fundación de la ciudad de Durango.
Desapercibido
Cientos e incluso miles de personas que transitan por las calles de Durango no saben la historia que llevan algunos de los edificios. Y es que, hoy por hoy, parece que se ha perdido esa misma pese a que aún hay gente que no olvida.
Un taller con historia
Trabajadores del local comentaron que este fue en su momento el primer taller mecánico en Durango.
Deterioro
A lo largo y ancho del lugar, se puede apreciar claramente que hay áreas del establecimiento que registran con un deterio notable.
La leyenda
Múltiples personas cuentan que a la hora de levantar los muros de algunos cuartos se utilizó tierra del panteón junto a restos.
¿Qué había antes?
Antes de ser el negocio que aún opera, se rumora que previamente fue una maderería.






