
Relevancia. En las evaluaciones previas se identificaron más de 60 especies vegetales y más de 40 de fauna, de diferente tipo.
El proyecto de construcción de la presa Tunal II representa una de las obras hidráulicas más estratégicas de las últimas décadas para la capital duranguense, garantizando el abasto de agua potable a la capital y garantizar la disponibilidad del recurso para los próximos años, bajo un modelo de aprovechamiento sustentable de la cuenca del río Tunal.
Sin embargo, la magnitud de la infraestructura también implica un alto grado de responsabilidad ambiental.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión del Agua del Estado de Durango (CAED) impulsaron la obra que obtuvo la autorización ambiental condicionada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA).
La resolución de la dependencia federal estableció que el proyecto es viable, pero sujeto a estrictas medidas de mitigación de daño ecológico, restauración de suelos, rescate de flora y fauna, y compensaciones forestales equivalentes a la magnitud del impacto.
UN PROYECTO CLAVE PARA DURANGO
El Siglo de Durango buscó conocer los documentos que acreditaran el impacto ambiental del proyecto de la presa Tunal II, mediante la solicitud de acceso a la información 340026700105925 dirigida a la Semarnat.
En respuesta, la dependencia federal remitió el resolutivo de la DGIRA en torno a dicha obra, que recién inició sus trabajdos hace un par de semanas.
De acuerdo con la autorización, la presa tendrá una cortina de más de 90 metros de altura y 280 metros de longitud, permitiendo una capacidad de almacenamiento total de 181.48 millones de metros cúbicos. Se ubicará aguas arriba de la actual presa Guadalupe Victoria, sobre el cauce del río Tunal. El embalse se extenderá en una superficie de 544 hectáreas y su función principal será almacenar escurrimientos para asegurar el suministro de agua a la ciudad de Durango durante los próximos 50 años.
Según la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA-R), esta obra forma parte de un programa de modernización hidráulica que busca reducir la extracción de acuíferos subterráneos, actualmente sobreexplotados, y optimizar el equilibrio hidrológico de la región.
La DGIRA reconoció que la finalidad del proyecto tiene relevancia estratégica, pero estableció que su ejecución debe garantizar el menor daño posible a los ecosistemas forestales y acuáticos de la zona.
COMPROMISO AMBIENTAL
A mediados del pasado mes de septiembre la Conagua emitió el fallo del proceso de licitación para construir la presa Tunal II, determinándose que la empresa ICA Constructora, S. A. de C. V., será contratista principal del proyecto, por lo que, junto con sus compañías subcontratadas, estarán obligadas a cumplir con un Plan Integral de Mitigación y Compensación Ambiental supervisado por la Semarnat, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNMA) del estado.
Entre las condicionantes establecidas en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA-R) destacan la realización de un rescate y reubicación de fauna silvestre, especialmente aves y mamíferos pequeños, antes de realizar desmontes o movimientos de tierra; el inventario y reforestación compensatoria de las especies arbóreas derribadas, particularmente pino y encino, en una importante proporción en superficie y volumen.
También se estipula un monitoreo de flora protegida bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010, como el agave durangensis y la biznaga heyderi, que integran una lista de casi 130 especies vegetales herbáceas, arbóreas y arbustivas.
Parte fundamental del desarrollo de este proyecto lo representa un plan de manejo de residuos y control de emisiones de polvo y ruido, durante la fase de construcción de la presa, que inició el pasado 28 de octubre.
El documento oficial enfatiza que las acciones de mitigación no son opcionales, sino de cumplimiento obligatorio y verificable.
Cada fase constructiva requerirá informes trimestrales de avance ambiental, avalados por peritos registrados ante la Semarnat.
CONSERVAR CORREDOR BIOLÓGICO, EL RETO
La región donde se ubicará el embalse alberga ecosistemas de alta riqueza biológica. La MIA identificó más de 120 especies vegetales y más de 20 especies de fauna terrestre y acuática, agunas de ellas endémicas o bajo protección especial.
Entre los mamíferos presentes destacaron el venado cola blanca, zorro gris, pecarís, el chichimoco, cacomixtle norteño y la nutria, esta última catalogada como especie amenazada; hasta los más comunes como los tlacuaches, coyotes y ardilla de roca, entre otros.
En fauna acuática se reportó únicamente el hallazgo de la "carpita de Durango"; pero en la categoría de especies de anfibios y reptiles se contabilizaron cinco especies importantes, destacando el caso de la serpiente de jarretera o culebra de agua nómada mexicana, considerada bajo amenaza; la tortuga casquito de pata rugosa, clasificada con protección especial; y la rana leopardo de Forrer, también con protección especial.
El inventario previo para la elaboración del proyecto de la presa Tunal II también incluyó 60 especies de aves residentes y migratorias como el gavilán de Cooper, el tordo sargento y el pato mexicano.
Solamente el zacatero común fue está considerado casi amenazado.
La resolución ambiental instruyó que, antes de inundar la zona, se ejecute un programa de Rescate de Fauna Silvestre, en el que participen biólogos, veterinarios y técnicos especializados.
Sin embargo, se hizo un especial énfasis en que las especies detectadas dentro del área mencionada no se verán afectadas con la ejecución del proyecto, debido a que la superficie que ocupará la presa Tunal II ya presenta disturbios ocasionados por actividades como el turismo, la ganadería extensiva, entre otros, que han propiciado que la mayoría de las especies silvestres se hayan desplazado a zonas con mejor estado de conservación.
De cualquier manera, se instruyó la instalación de pasos de fauna y la delimitación de áreas de amortiguamiento ecológico que aseguren la conectividad biológica del entorno.
RESTAURACIÓN COMO MEDIDA COMPENSATORIA
Como parte de las acciones de compensación, las empresas contratistas deberán reforestar una superficie de al menos 544 hectáreas, en zonas degradadas del mismo municipio de Durango, bajo supervisión directa de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la SRNMA.
Estas áreas deberán incluir pinos nativos, pero considerando la reposición de aquellos individuos que no sobrevivan, para mantener la densidad originalmente considerada.
Otra medida contempladas en las diferentes áreas de trabajo es colocación de letreros alusivos al cuidado y protección de la fauna silvestre, la prohibición de cacería y de introducción de fauna exótica y/o doméstica en el área del proyecto.
El seguimiento de las condicionantes establecidas estará a cargo de la Semarnat, la Profepa y la SRNMA, que deberán verificar el cumplimiento ambiental en campo.
Las empresas contratadas deberán entregar reportes de las pláticas de conscientización del cuidado de flora y fauna, acompañados de evidencia fotográfica de dichas actividades y los registros de reforestación.
OBRA ESTRATÉGICA CON VISIÓN SUSTENTABLE
La construcción de la presa Tunal II combina los objetivos fundamentales de asegurar el futuro hídrico de Durango, pero preservando los ecosistemas en la ubicación del proyecto.
Los resolutivos ambientales dejaron claro que el desarrollo y la protección del medio ambiente no son conceptos opuestos, sino complementarios, siempre que exista responsabilidad técnica y cumplimiento riguroso de las medidas establecidas.


