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ARQUEOLOGÍA

En la Cueva del Maguey, en Durango, está uno de los sitios arqueológicos más importantes del país

Hay vestigios de casas como en otros acantilados reportados por toda la Sierra Madre Occidental

En la Cueva del Maguey, en Durango, está uno de los sitios arqueológicos más importantes del país

En la Cueva del Maguey, en Durango, está uno de los sitios arqueológicos más importantes del país

DENICE RAMÍREZ

En la sierra de Milpillas, Pueblo Nuevo, Durango, se encuentra un tesoro arqueológico dentro de la Cueva del Maguey. Se trata de una construcción de casas con más de mil años de antigüedad que se conserva casi intacta y forma parte de vestigios similares reportados en otras zonas de la entidad y del país.

Estos sitios no solo se registran en el estado de Durango, sino también desde Estados Unidos, Sonora y a lo largo de toda la Sierra Madre Occidental en México, detalló para El Siglo de Durango la investigadora y arqueóloga del Centro INAH, Cynthia Vidal Aldana.

“En la actualidad todavía se considera uno de los sitios más importantes, porque tiene un estado de conservación único. Son casas de dos pisos que se encuentran en un abrigo rocoso, en un acantilado, y tienen ese grado de preservación tan excepcional porque no está abierto al público, porque no hay visitantes.”

La Cueva del Maguey se preserva porque se encuentra resguardada y no se permite el acceso. Está dentro de los límites de la propiedad comunal de los A’dam, por lo que la propia comunidad tiene derechos culturales sobre sus tierras. El sitio está ubicado en un poblado, donde solo se puede ingresar con el permiso de la población indígena.

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Entre 2009 y 2011 se desarrolló un proyecto de investigación de gran alcance con financiamiento del Gobierno Federal para su preservación y estudio. A partir de ello se pudo establecer la cronología del sitio y determinar aproximadamente en qué periodo estuvo habitado.

“Sabemos que estos sitios de casas en acantilados, incluyendo posiblemente el otro que se encontró en Mezquital, el de La Joya, estuvieron habitados entre el año 1000 y 1400 d.C. Es decir, cuando llegaron los españoles todavía había gente viviendo en estas cuevas.”

También se registró que las personas habitaban esas casas y conformaban aldeas. Sin embargo, la hipótesis indica que no vivían todo el año ahí. Se alimentaban de la milpa, como lo hace la población rural actualmente.

No era una población cerrada: mantenían vínculos con gente de la costa del Pacífico y también con los habitantes del Valle del Guadiana. Se movían de un lado a otro; la geografía no era un obstáculo, sino que existía una amplia movilidad social.

“Por las fuentes, por la arqueología y la investigación, sabemos que se han encontrado productos marinos aquí, por ejemplo, en La Ferrería. La gente iba y venía, y a su vez, en la costa de Sinaloa se han hallado cerámicas hechas en Durango.”

Se realizaron estudios sobre las condiciones ambientales de la cueva, tanto en los interiores como en los exteriores y en la parte alta. Se observó que la gente vivía en estas cuevas porque eran térmicas.

“Entre los diferentes tipos de investigaciones en el sitio, se realizaron estudios botánicos para saber qué especies aprovechaba la gente, y lo que hemos encontrado es maíz para aventar, muchas variedades de maíz. Incluso algo muy interesante es que puedes ver mazorcas a las que la gente les dio mordidas y luego las arrojó.”

CASAS PEQUEÑAS

Aunque eran casas pequeñas, su tamaño no tenía que ver con el de las personas, sino con cuestiones térmicas y defensivas. Algunas casas tienen una pequeña abertura que, se supone, servía para lanzar flechas, pero también se cree que el tamaño ayudaba a conservar el calor.

Como parte del estudio arquitectónico, se analizó cómo se construyeron las paredes de tierra. Se determinó que fueron hechas con herramientas de piedra y con las manos. En las paredes que aún permanecen en pie se pueden ver las huellas de las manos que dieron forma al aplanado, y no eran manos pequeñas.

En algún momento se pensó que se trataba de pigmeos porque se hallaron entierros familiares, de niños y adultos, pero los cuerpos estaban momificados. Al perder volumen, los cuerpos se hacen más pequeños, lo que generó confusión, además de que se encontraron restos de niños.

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Los enterramientos en estas casas eran tumbas que parecían cocedores, con los cuerpos en posición sedente. Se les amortajaba en un petate, se les sentaba y se les cubría con tierra dentro de estas estructuras.

Por la exposición al aire se fueron deteriorando los restos de momificación, pero al estar en cuevas, donde hay poco oxígeno, los cuerpos lograron conservarse en muy buen estado.

PIGMEOS EN MEZQUITAL

Otro de los sitios similares en Durango, aunque actualmente totalmente destruido, se encontraba en La Joya, en el Mezquital, y fue de hecho el más conocido gracias a una publicación en los años cuarenta del profesor Everardo Gámiz Olivas.

En aquel entonces la construcción aún se mantenía en pie, pero debido al tamaño y a las puertas bajas se comenzó a decir que se trataba de duendes o pigmeos. Esto atrajo a muchas personas, quienes visitaron y destruyeron el sitio. Además, su cercanía con un balneario facilitó el acceso.

Actualmente, aún se puede visitar el balneario, pero ya es muy difícil identificar dónde estaban las casas. La gente se llevó los objetos del lugar porque la apertura fue descontrolada y no existía legislación vigente. El INAH no tenía representación en Durango, la cual llegó hasta los años noventa, señala Vidal Aldana.

“Cuando un sitio se difunde y no cuenta con las condiciones de protección necesarias, puede desaparecer.”

Después de la publicación del profesor, llegó el antropólogo físico Daniel Rubín de la Borbolla, quien estudió los restos y concluyó que esas personas no eran pigmeos: se trataba de entierros con restos de niños y adultos momificados, pero de talla normal.

Aunque nunca existió una tribu de pigmeos en el área del Mezquital, la historia se transmitió como una especie de leyenda entre la población, generando duda y curiosidad entre los duranguenses hasta la fecha.

Escrito en: INAH Arqueología casas, gente, eran, sitios

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