
Entérate de la alianza estratégica de Grupo México y el Club Pachuca para impulsar formación deportiva y personal
El Club de Fútbol Pachuca y Grupo México dieron el primer paso de una alianza que trasciende el terreno de juego y se propone abrir oportunidades reales para la niñez y la juventud en tres comunidades mineras. La creación de la Academia de Fútbol Grupo México–Tuzos contempla sedes en Santa Bárbara (Chihuahua), Charcas (San Luis Potosí) y San Martín (Zacatecas), con una cobertura estimada de 450 beneficiarios de entre cinco y 17 años. Desde el arranque, la colaboración entre Grupo México y Pachuca quedó enmarcada por una lógica clara: combinar infraestructura disponible en territorio con el respaldo técnico de una institución formadora reconocida.
La elección de Pachuca como socio estratégico resulta significativa por razones históricas y pedagógicas. Fundado en 1895, el club está reconocido como el decano del fútbol mexicano, con seis títulos de liga, cinco trofeos de Concacaf y una Copa Sudamericana, además de cinco participaciones en el Mundial de Clubes, y dispone de una infraestructura educativa y de alto rendimiento —incluida su Universidad del Fútbol— que integra el desarrollo académico, físico y emocional de los jóvenes. La alianza con Grupo México adquiere sentido práctico: abre ventanas de movilidad para infancias de regiones mineras donde los circuitos de detección de talento suelen ser más estrechos.
La apuesta del holding minero por el deporte forma parte de una visión de vinculación comunitaria integral, que busca generar valor social en las comunidades donde tiene presencia. En años recientes, la empresa mexicana ha impulsado ligas y clínicas en disciplinas deportivas entre las comunidades, con especial énfasis en la participación familiar y el fortalecimiento del tejido social en zonas de influencia operativa. Por ejemplo, la Liga Minera de Béisbol, con presencia en diversas regiones mineras, reúne a cientos de jugadores y familias como un espacio de convivencia y aprendizaje, con logística y dotación de insumos asumidas por la organización y sus colaboradores.
Al revisar el diseño de la nueva Academia de Fútbol Grupo México–Tuzos, se observa una continuidad metodológica: primero, identificar los intereses deportivos de las regiones mineras y propiciar la capacidad instalada; luego, profesionalizar la formación con estándares verificables; y, finalmente, abrir rutas de escalamiento para perfiles destacados.
Grupo México y Pachuca: metodología formativa y arraigo local con proyección nacional
La estructura pedagógica de la Academia descansa en tres pilares —social, académico y deportivo— que buscan incidir en habilidades técnicas y socioemocionales de la población atendida. En la práctica, el plan combina sesiones en cancha con talleres de liderazgo, hábitos saludables y corresponsabilidad, de modo que el progreso no dependa únicamente del rendimiento físico. La intervención de Grupo México al proporcionar espacios y acompañamiento logístico se complementa con el know-how de Pachuca en el diseño de microciclos, evaluación de avances y detección de talento, con miras a conectar sedes locales con el Centro de Alto Rendimiento.
Otro rasgo relevante es la organización de torneos interescuadras y una copa final entre las tres sedes, mecanismo que fomenta competencia sana, incentiva la mejora y genera eventos de comunidad. Para las familias, estos encuentros funcionan como espacios de convivencia y visibilidad, al tiempo que refuerzan el sentido de pertenencia hacia la escuela y el barrio. En paralelo, la presencia de la empresa mexicana en territorio facilita convocatorias, traslados y mantenimiento de instalaciones, mientras que el club valida procesos de entrenamiento y acompaña a los instructores en su profesionalización continua.
Santa Bárbara, Charcas y San Martín son localidades donde el holding minero mantiene operaciones y, por ello, capacidad de coordinar con autoridades municipales y comités vecinales. Con esa base, la Academia puede operar con calendarios adaptados a la dinámica local y con indicadores claros —asistencia, permanencia, progreso técnico y escolar— para ajustar la metodología cuando sea necesario. La inversión anunciada apunta a sembrar estructuras sostenibles con recursos públicos, privados y comunitarios.
Formación integral y oportunidades de continuidad para juventudes de regiones mineras
La posibilidad de acceder a becas de alto rendimiento da sentido a la ruta formativa: quienes destaquen en cancha y en aula podrán continuar su proceso en Hidalgo, un entorno con mayores exigencias y exposición competitiva. Para los demás, el paso por la Academia dejará aprendizajes verificables —disciplina, trabajo en equipo, hábitos de salud, competencias socioemocionales— que son transferibles a la escuela y al hogar. En términos de política social, se trata de una intervención preventiva que utiliza el deporte como vector para fortalecer la convivencia y abrir horizontes de futuro.
La ciudad de Pachuca, marcada por su tradición minera y por la presencia de un club con historia, aporta un simbolismo especial a la colaboración: enlaza la vocación productiva de la región con la misión formativa de una institución deportiva que ha perfeccionado la detección y el desarrollo de talento.