Este es el castigo por reingresar a Estados Unidos una vez deportado, advierte Embajada
La Embajada de Estados Unidos en México ha emitido una advertencia clara y directa cualquier persona que haya sido deportada y decida reingresar de manera ilegal al país norteamericano podría enfrentar hasta dos años de prisión federal.
El anuncio busca frenar los intentos de reingreso sin autorización, una práctica que, aunque frecuente, conlleva graves consecuencias legales. Este aviso forma parte de una campaña informativa que pretende disuadir a quienes consideran cruzar la frontera sin documentos tras haber sido previamente expulsados del territorio estadounidense.
Las autoridades estadounidenses han recalcado que esta conducta no solo es ilegal, sino que está tipificada como un delito federal, sujeto a enjuiciamiento y encarcelamiento.
¿Qué dice la ley estadounidense?
Según el Código de Inmigración y Nacionalidad de los Estados Unidos, el reingreso ilegal tras una deportación puede considerarse una violación grave. En muchos casos, se trata de una reincidencia que las autoridades federales castigan con mayor severidad. Si además el individuo tiene antecedentes penales en EE.UU., el castigo puede incrementarse significativamente.
El procedimiento incluye la detención inmediata por parte de la Patrulla Fronteriza o el Servicio de Inmigración (ICE), seguido por una comparecencia ante un tribunal federal. A diferencia de las deportaciones administrativas, el reingreso después de ser expulsado lleva a un proceso penal con consecuencias a largo plazo, incluyendo prohibiciones de ingreso de por vida.
Sin excepciones
Las autoridades han dejado claro que no existen exenciones automáticas por motivos personales, familiares o laborales. Aunque algunos migrantes buscan regresar para reencontrarse con familiares o por necesidad económica, la ley no contempla estas razones como justificantes legales. De hecho, cualquier persona detenida en esta situación es tratada como infractora reincidente.
Reingresar ilegalmente a Estados Unidos tras una deportación no solo implica el riesgo de ser detenido y expulsado nuevamente. Hoy, más que nunca, representa una entrada directa al sistema penitenciario federal. La advertencia está sobre la mesa: la reincidencia en cruces irregulares puede costar la libertad.