
Esto es lo primero que se le empieza a olvidar una persona con Alzheimer, según especialistas
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta de manera progresiva algunas funciones, así como la memoria, el pensamiento y la conducta de quienes la padecen. Aunque cada caso es distinto, los especialistas coinciden en que hay señales tempranas que pueden alertar sobre el desarrollo de esta condición.
Primeros recuerdos que se desvanecen
Uno de los primeros síntomas del Alzheimer es el olvido de eventos recientes o información recién aprendida. Las personas comienzan a repetir preguntas varias veces, olvidar fechas relevantes y depender de notas o dispositivos electrónicos para realizar actividades cotidianas. Este tipo de olvido puede ser sutil al principio, pero con el tiempo se vuelve cada vez más evidente.
Más allá del deterioro de la memoria reciente, quienes desarrollan Alzheimer suelen enfrentar dificultades para resolver problemas o seguir instrucciones que antes eran sencillas. Actividades cotidianas, como preparar una receta conocida o manejar las cuentas del hogar, pueden convertirse en un desafío.
El desorden en tareas simples y la necesidad de apoyo familiar para realizarlas es otra señal de alerta. Las personas pueden perderse en lugares conocidos, no recordar cómo llegaron a cierto sitio o tener problemas para ubicar objetos, lo que genera frustración y ansiedad.
Señales en la comunicación y el juicio
El lenguaje también se ve afectado. Se dificulta encontrar palabras, mantener una conversación fluida o nombrar objetos comunes. Por ejemplo, algo tan simple como una hoja, puede llamarse de otra forma.
El juicio y la toma de decisiones se deterioran progresivamente. Esto puede reflejarse en situaciones como caer en estafas, regalar dinero sin motivo aparente o tomar decisiones inapropiadas para el contexto.
Cambios en la personalidad y la motivación
El Alzheimer no solo altera la memoria y las habilidades cognitivas, también impacta en la personalidad y el estado de ánimo.
Es frecuente observar irritabilidad, ansiedad, depresión y desconfianza, sobre todo fuera del entorno familiar. Asimismo, disminuye la iniciativa, y actividades sociales, o pasatiempos que antes eran disfrutados, pierden atractivo sin razón aparente.
Importancia de la detección temprana
Identificar estas señales a tiempo permite a familiares y cuidadores ofrecer apoyo adecuado y buscar orientación profesional.
Aunque el Alzheimer no tiene cura, el seguimiento temprano puede mejorar la calidad de vida y retrasar la progresión de los síntomas, facilitando una atención más efectiva y consciente.