
Flores, juguetes y recuerdos: el rincón de los niños en el Panteón de Oriente en Durango | FOTOS
Este fin de semana, el Panteón de Oriente de la ciudad de Durango se llenará de color y vida con la llegada de una de las fechas más importantes del año: el Día de Muertos. Sin embargo, entre sus pasillos hay un rincón que conmueve por completo: el área donde descansan los niños.
Este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, familias de todo México acuden a los panteones para recordar a quienes partieron demasiado pronto. Desde temprano, las tumbas comienzan a adornarse de flores, veladoras y juguetes, en una mezcla de amor y nostalgia, que da vida a uno de los rincones más emotivos del panteón.

Este año, en el Panteón de Oriente de la ciudad de Durango se observa un marcado contraste: desde pequeñas tumbas que lucen adornadas con flores frescas, juguetes nuevos y peluches recién colocados por las familias que llegan a limpiar y recordar, hasta otras en las que se nota el paso del tiempo, con muñecos rotos, colores deslavados, y peluches cubiertos de polvo.


El contraste refleja a su vez la dualidad de las fechas: la alegría de recordar a los seres queridos, y la tristeza de su ausencia. En el mismo Panteón de Oriente conviven el color y el silencio, las flores frescas y los juguetes descuidados.
A través de una serie de imágenes captadas por Vick Vallejo, y enviada a El Siglo de Durango, se pueden observar algunas de las tumbas de niños en el Panteón de Oriente.

En estas se observan algunos juguetes y otros objetos, que han sido dejados en las tumbas como homenaje a los más pequeños del hogar, que desafortunadamente partieron antes de tiempo.
Desde peluches hasta las típicas flores de cempasúchil, las ofrendas conforman un paisaje que mezcla la ternura con la melancolía. Mientras en algunas tumbas los colores brillan, en otras el polvo y el desgaste hablan del paso de los años. Cada detalle cuenta una historia distinta, pero todas simbolizando un fragmento del amor hacia los seres queridos.


Las imágenes tomadas por Vick Vallejo muestran con claridad que el Día de Todos los Santos es más que una tradición, pues los carritos, peluches, y diferentes objetos que alguna vez fueron parte de la vida de los más pequeños, hoy los acompañan en el día que, según la creencia, sus almas regresan para compartir unos momentos más con sus familias.