
Frases y símbolos en el Zócalo capitalino
El pasado domingo 5 de octubre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, festejó su primer año de gestión en el gobierno federal, en el Zócalo de la Ciudad de México. De su discurso, en donde la palabra "pueblo" fue la más pronunciada, destacó el doble deslinde que hace del neoliberalismo, pero también de figuras representativas de la 4T.
Si tuviéramos la posibilidad de ver un plano general aéreo de la plancha del Zócalo, veríamos una imagen que de inmediato nos remite a los actos masivos de los cuales el PRI impuso, a través de los años, su marca registrada.
Filas de camiones acarreando a "las fuerzas vivas" del partido en el poder, el charrismo sindical en su conjunto, matracas, cornetas, tambores, "animadores", lideresas de colonias haciéndose escuchar, bolsas o paquetes con frutsis y lonches. Solo se extrañó el back con letras de unicel.
La construcción escénica se remató con una suerte de "corral vip", en el cual se le asignó su lugar (o se les confinó) a Adán Augusto, Andy López Beltrán, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Luisa María Alcalde. Personajes que hace un año le hicieron un desplante, involuntario si se quiere, a la Presidenta, al darle la espalda por motivo de tomarse una selfie grupal. Además de esa afrenta, la Presidenta les pasa la factura por los escándalos de corrupción de unos, o por el dispendio en sus viajes de vacaciones de otros. El primer círculo de la mandataria la protegió para evitar una incómoda fotografía de Sheinbaum saludando a Adán Augusto o a cualquiera de ese grupo acomodado en el "corral vip".
Por cierto, en el saludo de arranque no mencionó a representantes del Poder Judicial ni del Poder Legislativo, tampoco a secretarios de su gabinete. En cambio sí saludó a las y los gobernadores, a empresarios y, desde luego, al "Pueblo de México".
Fue enfática en resaltar a su antecesor en el cargo: "Andrés Manuel López Obrador fue, es y será siempre un ejemplo de honradez, de austeridad y de profundo amor al pueblo de México." Por otro lado, se dio oportunidad de distanciarse de personajes de la 4T que han faltado a los preceptos de la austeridad republicana o que de plano están en el ojo del huracán por temas de corrupción: "Pero eso se acabó, porque en este México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. Y quien traicione al pueblo, quien robe al pueblo, enfrenta la justicia." Ya encarrerada, no se resistió al impulso populista de arengar a la tribuna: "Porque por más duras que sean las presiones, nosotros solo hacemos reverencia a uno solo: al pueblo de México."
Durante 55 minutos que duró su alocución, Sheinbaum repitió datos duros que ya había dado a conocer el día de su informe y dio prioridad al tema de las reformas y obra pública e infraestructura, y en segundo lugar, a la transformación y la justicia social y bienestar.
No perdió oportunidad de arrimarle algo de tierrita a AMLO haciendo contrastes: "Entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025 se cometieron 27 homicidios diarios menos". La caída del 32% de homicidios y en porcentajes similares han bajado el robo de vehículos, de casas, a transportistas, a transeúntes, a negocios, extorsiones.
Estos datos evidencian la abismal diferencia entre quien dejó a los ciudadanos a su suerte, pretendiendo abrazar a la delincuencia organizada en lugar de combatirla y de quien, con más sensatez, ha asumido su obligación de brindar un México más seguro a sus habitantes.