Gimnasio de Box El Refugio festeja 35 años con cartelera de gran impacto y talento en Durango
El Gimnasio de Box El Refugio celebró este sábado su 35 aniversario, consolidando su lugar como uno de los recintos más emblemáticos del pugilismo en Durango. Fundado en 1990 por el exboxeador Julio Aguilar Zamarripa, este espacio se convirtió en la llamada Catedral del Box, al ser semillero de talentos que han dado prestigio al estado en competencias nacionales e internacionales.
Desde sus orígenes, la misión del gimnasio fue rescatar a la juventud de la colonia El Refugio del ocio y las adicciones, inculcando disciplina y perseverancia a través del boxeo. Los resultados avalan esa labor; más de 22 medallas nacionales, incluidas nueve de oro, dan cuenta de la calidad de su formación y del impacto que ha tenido en la comunidad.
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La catedral duranguense del boxeo está de fiesta
El acto protocolario estuvo encabezado por Moisés Aguilar Luján, hijo del fundador y actual presidente de la Asociación de Exboxeadores de Durango, quien dio la bienvenida acompañado de autoridades locales, entrenadores y referentes del pugilismo duranguense, entre ellos Valiera Amparam, figura reconocida en la comunidad boxística. El momento trascendió la formalidad y se convirtió en un reconocimiento colectivo al legado del gimnasio, con aplausos que mezclaron respeto por la historia y entusiasmo por el futuro.
La función conmemorativa, organizada como cartelera de boxeo olímpico, ofreció combates que reflejaron tanto la energía de los jóvenes talentos como la experiencia de entrenadores que han acompañado el desarrollo del gimnasio. El público respondió con entusiasmo, generando una atmósfera festiva que reafirmó el papel de El Refugio como punto de encuentro para la comunidad boxística de Durango.
El aniversario no solo celebró los logros acumulados en tres décadas y media, sino que proyectó un mensaje de continuidad; el compromiso de seguir formando atletas y ciudadanos en un espacio que ha sabido convertir disciplina y esfuerzo en orgullo colectivo. Con ello, El Refugio ratifica su vigencia como símbolo de identidad deportiva y comunitaria, y como referente de un boxeo que se construye desde la historia, pero con la mirada puesta en el futuro.
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