Haciéndose la 'vístima'
La ejecución, en una plaza pública, del alcalde sin partido de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, el pasado fin de semana, generó conmoción e indignación no solo en aquella región, sino en todo el país. Sorprendió la reacción de la presidenta Sheinbaum, que en la mañanera del lunes posterior, tras de lamentar el asesinato del alcalde, dedicó mucho tiempo a señalar a sus "enemigos", a la prensa "carroñera". Es decir, se colocó en plan de víctima, haciendo recordar actitudes perniciosas, que parecían ya superadas, de su antecesor en el cargo.
Durante su primer año de gestión la Presidenta no titubeó en dar un golpe de timón y trató de enmendar el rumbo en áreas sensibles como son la seguridad y la salud. En la primera, la estrategia implementada por su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, alejada totalmente del "abrazos y no balazos", le ha redituado y se ha disminuido el número de asesinatos por día en promedio, pasando de ochenta en el sexenio de López Obrador, a poco más de sesenta. En la segunda, ha tratado de recomponer el tema del desabasto de medicamentos, aunque todavía sin resultados tangibles de una mejora en el rubro.
Hace unos días, salió a la venta el libro de Sheinbaum, "Diario de una transición histórica" (Planeta, 2025) que es al mismo tiempo un manifiesto ideológico de una científica de izquierda pero, sobre todo, es una ofrenda para quien fuera su líder y mentor político. "Él es el origen. Nosotros, la continuidad", sintetiza su reconocimiento para AMLO.
Solo en ese contexto se explican los deplorables señalamientos de Sheinbaum que vio en el generalizado ánimo de impotencia y de hartazgo ante la inacción del gobierno por brindar seguridad a los ciudadanos, acciones de politiquería para atacar la imagen de la 4T. Ordenó, de manera inopinada, investigar cuentas de redes sociales para, según ella, desenmascarar el patrocinio o el dinero que hay detrás de las protestas y reclamos.
Aquí en Durango, sabemos que esos brotes de reclamos sociales demandando la acción de la autoridad surgen de manera espontánea y genuina producto de la indignación como ocurrió en casos de alto impacto como los de Paloma Nicole, Carlos Emilio, la bebé sustraída del Hospital Materno Infantil, por mencionar los más recientes.
Igual de lamentable es que la mandataria siga acusando de todos los males que aquejan al país a Felipe Calderón y a García Luna, personajes que fueron protagonistas hace 18 años. No. En todo caso, debe de voltear a ver el país que le heredó López Obrador. Fue él y nadie más el que le dejó "la víbora chillando".
Como titular del Poder Ejecutivo, Claudia Sheinbaum se debe esmerar en brindar condiciones de seguridad a todos los ciudadanos. En nada abona el hacer pataletas públicas culpando a los medios tradicionales o a miembros de la oposición.
Hay que mandar obedeciendo al pueblo y dejar de lado el papel de "vístima" que solo sirve para concitar rechazo y desaprobación.