
Hasta la vista, Changoleón
Gerardo Fernández Noroña ha demostrado, con ostentación, ser un político prepotente, tribunero y patán. Como presidente de la mesa directiva del Senado dio un trato denigrante a sus pares opositores. El ocurrente y arrojado opositor que fue en sus inicios y que le hizo ganar adeptos desapareció para dar paso al cuestionable y corrupto personaje oficialista del presente.
La que pasó no ha sido en definitiva la mejor semana para el senador Fernández Noroña. A la camioneta de lujo (Volvo XC90) y los viajes a Europa en clase Premier con que lo ventanearon hace unos meses, hay que agregar la mansión valuada en 12 millones de pesos en Tepoztlán, Morelos, que se dio a conocer por la prensa.
Años atrás, el sociólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana cobró notoriedad por fundar, en 19995, la Asamblea Ciudadana en Defensa de los Deudores de la Banca. Se le recuerda encabezando protestas en contra del entonces presidente Ernesto Zedillo. Regaló varias postales de impacto que le generaron simpatías: se tiró al piso para cortar el paso a Zedillo; se le vio orinando en una coladera por no querer pagar por entrar al baño en una gasolinera; hizo relajo en un súper por no querer pagar el IVA por un jugo y llamó a la población para no pagar el IVA.
El político que obligó a un ciudadano común a que le ofrecieran una disculpa pública en el recinto senatorial, por haberlo ofendido en una sala VIP del aeropuerto de la Ciudad de México, protagonizó, hace unos días, un enfrentamiento en el que se empujó con el también senador y presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, en un episodio lamentable. De pena ajena.
No se trata tampoco de tomar partido por "Alito", el impresentable sepulturero del PRI quien, entre otras cosas, junta a la quien fuera diputada federal, Yolanda de la Torre, le hicieron la tarea a AMLO al presentar y aprobar, en el año 2022, la iniciativa para mantener al Ejército en la calle hasta el 2028, la cual, por cierto, se dice que se redactó en Palacio Nacional. "Chingona, mi Yola, chingonsísima". Fue la frase, expresada por Alito, que quedó para la historia para festejar tan cuestionado "logro".
Afortunadamente, para la vida política de nuestro país, Fernández Noroña concluye su periodo como presidente de la mesa directiva del Senado el día primero de septiembre. Este nocivo personaje que llegó a tener esa distinción por haber quedado en cuarto lugar entre las "corcholatas" que buscaban la candidatura a la Presidencia de la República, lejos de tener una conducta conciliatoria y buscar tender puentes con la oposición, como esa posición demanda, se encargó de polarizar posturas y maltratar con su actitud hostil y grosera a sus pares opositores.
El oficialismo también festejará el que se quitará del foco mediático a tan controversial figura que con su cinismo y su ostentación, contraria al ideal de austeridad que pregona la presidenta Sheinbaum, le ha generado un gran número de críticos.
Adiós, Noroña. Nadie te va a extrañar.
Hasta la vista, Changoleón.