
Homenaje. Sebastián fue despedido por sus compañeros y maestros de la ESIMA en una emotiva ceremonia que provocó las lagrimas de varios alumnos de la institución.
"¡Hasta siempre, Sebastián!" Con estas palabras, sus compañeros de la Escuela Secundaria Ignacio Manuel Altamirano (ESIMA) despidieron al estudiante que falleció el pasado miércoles dentro de las instalaciones. El homenaje de cuerpo presente fue organizado por sus amigos, maestros y personal administrativo.
La ceremonia, sencilla pero profundamente emotiva, se llevó a cabo pese a ser un día inhábil. Los alumnos del turno vespertino acudieron por la tarde vestidos de blanco: los varones, con camisas; las mujeres, con el uniforme escolar. Todos portaban globos blancos, que fueron liberados en un momento simbólico de la despedida.
Víctor Hernández, director de la ESIMA, agradeció a los padres de Sebastián por permitir que el homenaje se realizara en la escuela. También pidió a los alumnos honrar su memoria compartiendo su sueño y manteniéndose alegres, como lo fue él en vida.
Compañeros ofrecieron algunas palabras
Arely, presidenta de la Sociedad de Alumnos, expresó visiblemente conmovida:
"Sebastián siempre fue muy querido, no solo por la escuela, sino por todos sus compañeros del segundo 'A'. Todos estamos tristes y lo sentimos mucho, pero Sebastián vivirá por siempre en nuestros corazones. Lo recordaremos con mucho amor. Has dejado una huella imborrable. Hasta siempre, Sebastián".
Otra compañera de grupo intentó compartir una breve biografía del joven, pero el llanto la obligó a hacer una pausa. Aun así, logró concluir su mensaje hablando de quién fue Sebastián antes de llegar a la ESIMA y de lo que significó su paso por la secundaria durante estos casi dos años.
Uno de los momentos más conmovedores ocurrió cuando los maestros realizaron el pase de lista. Al mencionarse el nombre de Sebastián, alumnos, docentes y personal administrativo respondieron al unísono: "¡Presente!", seguido de un largo aplauso y la liberación de globos blancos hacia el cielo.
Así fue como compañeros, maestros y personal de la ESIMA despidieron a Sebastián, con respeto, cariño y profunda tristeza por su partida.