
INE o CURP Biométrica: ¿cuál es la que servirá más para trámites oficiales?
La discusión sobre la CURP biométrica ha desatado una nueva polémica sobre qué documento será el más útil y reconocido para realizar trámites oficiales en México.
¿La nueva CURP o la tradicional credencial del INE?
Aunque ambos documentos buscan validar la identidad de los ciudadanos, lo hacen desde posturas distintas y, en este momento, generan incertidumbre sobre cuál será el más funcional a corto y mediano plazo.
La CURP biométrica fue anunciada como un nuevo mecanismo de identidad nacional, con un enfoque más tecnológico e integrado. Incluirá nombre completo, fecha y lugar de nacimiento, fotografía, firma digital y datos biométricos como huellas dactilaress.
Su expedición estará a cargo de la Secretaría de Gobernación y, según autoridades, será obligatoria a partir de 2026 para todo tipo de trámites, tanto en el sector público como en el privado. El objetivo es unificar los registros y ofrecer una sola base de datos que centralice la identidad de los mexicanos.
Sin embargo, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha salido a defender la validez de la credencial para votar como el documento más confiable y universalmente aceptado en México. Desde su creación, la credencial del INE no solo ha servido para ejercer el voto, sino que se ha convertido en la identificación oficial por excelencia para bancos, notarías, escuelas, hospitales y prácticamente cualquier trámite.
El organismo electoral ha enfatizado que su padrón cuenta con uno de los sistemas biométricos más avanzados del país y que su labor ha sido clave en garantizar elecciones limpias y seguras.
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¿Cuál es mejor?
La realidad es que, al menos por ahora, ambos documentos convivirán. La CURP biométrica apunta a una función más amplia, al estilo del DNI en otros países, mientras que el INE seguirá teniendo peso legal y práctico, especialmente en procesos electorales y ante muchas instituciones que aún no adaptan sistemas al nuevo modelo.
Por tanto, en lugar de elegir uno u otro, todo indica que los ciudadanos deberán contar con ambos. Uno servirá como llave para ejercer derechos políticos, el otro como pasaporte universal dentro del sistema administrativo del Estado mexicano.