
Investigan a Ticketmaster por presuntas irregularidades en boletos para ver Bad Bunny
La venta de boletos para los conciertos de Bad Bunny ha provocado una ola de críticas e investigaciones formales contra Ticketmaster, tanto en México como en otros países. En medio de la euforia por ver al artista puertorriqueño más exitoso de la década, miles de fans han denunciado irregularidades que van desde cargos abusivos hasta cancelaciones de acceso a pesar de contar con boletos válidos.
También te puede interesar: Boletos a 20 pesos; así fue una de las presentaciones de Bad Bunny en México
Un pequeño recuerdo al 2022
Uno de los episodios más notorios ocurrió en diciembre de 2022, cuando Bad Bunny ofreció fechas en el Estadio Azteca. Lo que debía ser una celebración se convirtió en un escándalo nacional: cientos de personas fueron rechazadas a la entrada a pesar de contar con boletos comprados en canales oficiales.
En un inicio, Ticketmaster culpó a la falsificación de entradas, pero la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) identificó fallas en los sistemas de escaneo como causa principal y exigió reembolsos. Al final, más de 2,000 personas recibieron compensaciones, incluyendo el 20% adicional establecido por la ley mexicana cuando hay afectación al consumidor. La empresa también se comprometió a revisar sus procesos, aunque la desconfianza pública permanece latente.
¿Qué pasó en España?
En España, las entradas para los conciertos programados en 2026 también generaron controversia. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) presentó una denuncia contra Ticketmaster por aplicar precios dinámicos, es decir, aumentos automáticos en el costo de los boletos según la demanda del momento, sin transparencia previa para los usuarios.
También te puede interesar: En restaurante de Bad Bunny, un hombre fue captado orinando en una cava de vinos
Además, se han documentado cargos adicionales por servicios, seguros no solicitados y políticas de no reembolso poco claras. El Ministerio de Consumo español ya abrió una investigación formal para determinar si estas prácticas violan los derechos de los consumidores.
Los problemas asociados a Ticketmaster no son exclusivos de Bad Bunny, ya que se han repetido en eventos de Taylor Swift, Harry Styles y Madonna. El patrón ha encendido las alarmas entre consumidores, legisladores y autoridades de protección al consumidor en varios países. El caso del reggaetonero ha servido como catalizador para exigir mayor transparencia, límites a los precios, mejor tecnología de validación y un control más estricto a la reventa ilegal.