La danza ceremonial, una tradición en el Santuario de Guadalupe
La festividad guadalupana de gran tradición en Durango, está constituida por una infinidad de símbolos que utiliza la comunidad católica para construir de manera auténtica una forma de expresión a través de un ritual, que permite a los creyentes, de manera permanente, adaptar e incorporar elementos y reinventarse ante los nuevos tiempos y la diversidad de ideas; sin duda alguna, su realización requiere de grandes voluntades, infinidad de preparativos y múltiples participantes que con gran devoción y de manera incondicional una gran población de Durango, año con año la hacen posible.
¡Churros, pásele a los churros¡, ¡de a cincuenta los churros! -, ¡y échele otra!, ¡llévese esta cobija!, ¡calientita!, usted señora de amarillo, ¡se la voy a dar a cien pesos!, ¡a cien pesitos esta hermosa cobija!, y si le gusta, ¡le voy a dar otra!, ¡échele otra!, ¡hay tacos!, ¡pásele a los tacos!, ¡doraditos los tacos!, ¡elotes! ¡calientitos los elotes!, ¡desde el cielo una hermosa mañana!, ¡desde el cielo una hermosa mañana!, ¡la guadalupana!, ¡la guadalupana!
El 12 de diciembre, el fervor guadalupano se encuentra en todo su esplendor, para muchos, tiempo de agradecer favores recibidos, solicitud de ayuda ante las múltiples necesidades, familiares, de trabajo, económicas o de salud, y en otros casos, simplemente a disfrutar de la festividad. El sonido de tambores, sonajas, zapateados, cantos, gritos de vendedores y el murmullo de la gente, da cuenta del ambiente guadalupano que año con año se lleva a cabo en este tradicional lugar.
El acceso principal para llegar al santuario de Guadalupe en la ciudad de Durango luce abarrotado, la multitud de puestos ambulantes a los lados del corredor, apenas si permite el tránsito de la gente y de las peregrinaciones encabezadas por las danzas tradicionales conocidas comúnmente como "matachines" o "matlachines".
Aún y cuando no existe la unificación respecto al origen de este nombre, a continuación, se mencionan algunas versiones encontradas, proviene de:
- Los matlazincas, tribu indígena que habitó el valle de México
- Una derivación de "malítzin" la malinche
- El náhuatl, danzante de los dioses
- El nahua "malacotzin de malacochoa", girar o dar vueltas como malacate
- "Mattacino" nombre aplicado a los moros o árabes.
La danza comunica y crea un vínculo existente entre el mundo interior y exterior. Al danzar, los pensamientos se pierden en los sonidos y surge en los ejecutantes su esencia más pura que danza al compás de la melodía, concentrándose en el simbolismo, dejando atrás la parte estética. A esta festividad religiosa de Durango asiste un gran número de danzas que, por su origen, indumentaria y formas de ejecución, se clasifican en:
La danza de pluma con origen y reminiscencia de la conquista española, que se pueden identificar por su principal indumentaria: Capa con imagen religiosa bordada en lentejuela, mantilla y mandil generalmente en satín con colores brillantes adornados con flecos, corona con plumas, espejos, mascada y listones, palma adornada con plumas de ave y sonaja, todo ello con infinidad de variantes.
Danza de indio, carrizo o matachines, con antecedentes en las guerras de las tribus chichimecas en los valles centrales, su indumentaria principal: dos nahuillas adornadas con tiras de carrizos y lentejuela, camisa, chaleco, pantalón corto, corona con plumas o sombrero con listones, arco de madera y sonaja.
Danza azteca, de origen prehispánico, portan un enorme "copilli" o penacho de plumas, símbolo del sol, "tilma" o capa, símbolo de alta jerarquía, "maxtlatl" o taparrabo, símbolo de fertilidad y virilidad, "chimalli" o escudo y una sonaja.
La más reciente y con mayor crecimiento actualmente, Danza de Indio o apache, con antecedentes en la danza de carrizo e influencia en su indumentaria de los indígenas americanos: Se pintan líneas en la cara, portan enormes penachos de plumas, pecheras bordadas, camisola y pantalonera con flecos a los costados, lanzas con diversos adornos, sonaja e infinidad de accesorios y formas de vestir.
Si bien en años anteriores el acompañamiento musical era a través de un violín y un tambor, en la actualidad el violín prácticamente ha desaparecido en la ciudad y las danzas suelen acompañarse únicamente por diversos tambores.
Un elemento presente en muchas de las danzas es el viejo, moreno o brujo, su vestuario es estrafalario, diferente al de los danzantes, varía desde lo improvisado, hasta un traje muy diseñado, de preferencia basado en figuras que representan el mal, personajes divertidos e ingeniosos, con una capacidad enorme para la improvisación, donde algunos afirman, "una danza sin viejo, no es danza".
La danza ceremonial en Durango es símbolo de identidad y generadora a de los valores universales, valoremos lo nuestro, vivamos nuestras tradiciones.
