La última voz crítica en un Durango sin oposición
La oposición en Durango dejó de ser un actor político relevante para convertirse en mero ornamento a conveniencia del poder. Morena y el PT, que en otros estados se comportan como contrapesos naturales, en tierra de alacranes han asumido un papel dócil y calculado, más cercano a la administración estatal y municipal que a la defensa de sus propias bases.
El Partido Acción Nacional, por su parte, terminó por abandonarse a sí mismo al ceder su voz, sus principios y su identidad al proyecto político del gobierno priista que encabeza Esteban Villegas. Ese vacío, ha dejado al estado casi sin equilibrios. Los pocos, se cuentan con la mitad de los dedos de una sola mano.
Jorge Salum, hoy militante de Movimiento Ciudadano, se ha convertido en una de esas pocas voces que cuestiona abiertamente a los gobiernos estatal y municipal. Ya no es el discurso partidista ni la lucha electoral lo que lo mueve, sino algo tan básico como la necesidad de que alguien diga lo que todos saben, pero nadie quiere pronunciar.
La actividad del exalcalde de Durango en redes sociales, lejos de ser una serie de arrebatos, es una línea política coherente y frontal que exhibe al régimen aliancista del PRI-PAN por la corrupción estructural en la administración municipal; la simulación y las cifras infladas del gobierno estatal y la renuncia absoluta de partidos a ejercer oposición.
El mensaje publicado el 28 de noviembre es uno de los más duros, en el que Salum no solo desmiente que haya dejado una administración endeudada, sino que vuelve a acusar al alcalde Toño Ochoa de manipular cifras, inflar inversiones y aprovecharse del erario, insistiendo además en que la autoridad municipal opera bajo la influencia o presión del crimen organizado.
Lo mismo ocurre con sus críticas al gobernador Esteban Villegas, a quien Jorge Salum acusa de falsear logros, inflar obras, presumir inversiones inexistentes y, en una ironía recurrente, reinterpretar la realidad para acomodarla al discurso oficial. Los señalamientos de febrero, junio, septiembre y octubre no dejan lugar a dudas.
No obstante, la reciente misiva del exalcalde no es aislada, pues ya había desmentido a Esteban en el mismo sentido de un supuesto "desorden" heredado. Con cifras de la EASE y resultados documentados, acusó al mandatario de mentir abiertamente y de utilizar la narrativa del desastre para justificar decisiones políticas y financieras cuestionables.
Jorge no es un personaje nuevo ni un político perfecto, ningún ser humano lo es. Su gestión como alcalde tuvo aciertos y errores, puede ser, pero en un Durango donde la oposición ha sido domesticada, él se ha colocado voluntariamente en el centro del ring político, recibiendo y lanzando golpes en solitario. Su voz puede ser incómoda, su estilo puede ser frontal, pero su presencia es necesaria.
Una democracia sin oposición es una democracia enferma. Hoy, con pocos políticos que intentan evitar que el estado se acostumbre a vivir sin contrapesos, sin crítica y sin debate, las garantías democráticas en Durango se enfilan hacia una fase terminal. Mientras tanto, los demás optan por negociar en un silencio cómplice.
EN LA BALANZA.- La desaparición del IDAIP y el traslado de sus funciones al Tribunal de Justicia Administrativa, marcan un retroceso silencioso pero profundo en la arquitectura democrática de Durango. Convertir a los poderes del Estado en árbitros de su propia transparencia es, en los hechos, cancelar la posibilidad de una verdadera vigilancia ciudadana. Aunque el discurso oficial insiste en que los principios de imparcialidad y máxima publicidad se mantendrán intactos, la realidad es que sin órganos autónomos no hay contrapesos. Cuando quien debe rendir cuentas es el mismo que decide qué información se entrega y cuál no, la transparencia deja de ser un derecho y se convierte en una concesión política. En este nuevo diseño institucional, la opacidad encuentra terreno fértil.
X: @Vic_Montenegro